Muchos críticos -no solo Guido- se han quedado cortos en su valoración
con respecto a la capacidad y habilidades del ingeniero Miguel Vargas
Maldonado, cabeza del PRD y Canciller de la República. Del partido
blanco que lideraron Bosch y Peña Gómez sacó a los que querían sacarlo a
él, ha sido candidato, ha liderado las negociaciones coyunturales que
ha entendido de lugar -con Leonel en el 2010 y con Danilo en el 2016-, y
sigue rienda en manos, sorteando con éxito hasta ahora las distintas
situaciones que se le han ido presentando en el camino. En el PLD,
Medina es su último aliado, pero Vargas dice que el tema del gobernante
no está en debate en su partido en este momento.
Pone en claro que en el
2010 firmó un acuerdo con Fernández que lo habilitó junto a Hipólito
Mejía para poder volver a la Presidencia, y que gracias a esa reforma,
ambos hoy aspiran a la candidatura de sus respectivos partidos. En la
gestión como Canciller -y ayudado por sus amplias relaciones
internacionales a través de la Internacional Socialista- , el ingeniero
Vargas perfila un antes y un después, a partir de la apertura de
relaciones con China, de ganar un voto en el Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidades y de la apertura del país con el mundo. En lo
partidario, el hombre no está por quedarse con los brazos cruzados, sino
por seguir dando la pelea. El domingo, en el marco de una jornada de
crecimiento y fortalecimiento del PRD, Miguel encabezó el acto de
llegada de un buen grupo de dirigentes y activistas que se dijo provenía
del PRM, del PRSC, de Alianza País y del PUN. Está el caso de la
exdiputada del PRM Esther Minyeti, de San José de Ocoa, que decidió
volver al redil blanco. Allí, con la presencia de la plana mayor de la
organización, Vargas dijo que el PRD trabaja para convertirse en una
oferta electoral madura e innovadora, con candidaturas propias. El
hombre ha estado insistiendo en esto último. Y me hace recordar cuando
el apreciado amigo Hatuey quería que en vez de doña Margarita, que el
Vice de Danilo en su primer período fuera Miguel, y le mandó el mensaje
conmigo, pero a dicha sugerencia Medina respondió: “Mira, Miguel lo que
quiere es ser Presidente, no Vice... pero con él no hay problema ....ya
nosotros hablamos”. O sea, el “tanteo” Danilo-Miguel venía de viejo.
Por Luis Encarnación Pimentel ;-
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