Del país haber tenido una cultura de respeto institucional fuerte, y el
presidencialismo arrastrado por años, no siguiera dándole sobresaltos a
la imperfecta democracia que tenemos, al presidente Danilo Medina le
hubiera sido muy fácil definir el domingo lo que dejó para marzo de 2019
con respecto al controversial tema de la reelección. El Presidente ha
dado muchas señales y ha hecho algunas confesiones particulares, que
cada quien interpreta a su manera.
De ahí los temores o los entusiasmos
de algunas personas o sectores, según el cristal para mirar las cosas.
Pero por lo complejo que es el poder, y el mismo estar rodeado de
enigmas, de misterios y de oportunistas de la política, el gobernante
-aunque creo, particularmente, que es la determinación que le expresó a
Jatnna que ya tenía tomada- no podía decir ahora de modo categórico que
no buscaría reelegirse, pese a saber el impedimento constitucional que
le afecta, que juró por Dios que no volvería a intentarlo y que hay
otros factores de diversos órdenes que les serían adversos. Con
realizaciones indiscutibles, pese a que siempre habrá cuestionamientos,
insatisfacciones e incomprensiones, Medina -con más canas y con menos
cabellos que cuando llegó al gobierno- admite que el trabajo de ser jefe
de Estado es abrumador y agotador. Y eso que por estar gobernando,
todavía no ha sufrido el sabor amargo de las ingratitudes, que vive
cualquier ciudadano y que persigue con saña a las figuras
sobresalientes. Justo -y es estratégico- por lo que Medina no podía
decir ahora lo que, entiendo, diría en marzo: que no va a inventar con
reelección, porque muchos de los amigos del cargo (los hay en el CP y
en el CC) harían el limpio y le dejarían solo. Y el gobernante trata de
acumular toda la fuerza que pueda, insisto, para negociar en las mejores
condiciones con Leonel, con el único con quien tendría que hablar, para
garantizar la unidad del PLD, el triunfo en el 20 y su retiro sin
sobresaltos, después de una gestión exitosa. A la entrevista, con
respuestas para botar un poco de presión y abonar datos en bien de la
imagen, le faltaron las preguntas de cómo estaban las relaciones
Danilo-Leonel, si no veía peligro real de división que sacara al PLD del
poder y si no descartaba que en un momento, aunque fuera en la hora
cero, hubiera un gran acuerdo.
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