Ya Leonel Fernández trazó la línea de Pizarro. No fue tan categórico
como eso, pero como si lo fuera. No lo dijo, pero dijo que será
candidato presidencial para el 2020. En esa línea de pensamiento el
dirigente político proclamó en New York que será proclamado Presidente
nuevamente en la primera ronda.
Este discurso dista mucho de su postura antes de la campaña
presidencial del 2016. Ya no está esperando que soplen los vientos, sino
que se ha lanzado al mar agarrado del mascarón de proa y con el sable
constitucional en las manos, encabeza un ejército de seguidores.
Un detalle me falta (y quizá se quedó en teclado de los periodistas
de New York), Leonel no dijo por cuáles partidos sería su candidatura.
Pero, por el momento eso es irrelevante.
He hablado con personas de todas las clases sociales y profesionales
de distintas disciplinas. Entre todos existe la percepción de que Leonel
Fernández aspira a la Presidencia. Desde mucho antes de decirlo ya la
agente lo afirmaba. Sin embargo, el presidente del PLD no ha lanzado su
candidatura. Hace declaraciones, viaja, se reúne por aquí y por allá,
pero de cara al público el dirigente político, salvo en New York,
únicamente ha dejado entrever sus intenciones.
Hago
la excepción de New York porque en un encuentro con peledeístas Leonel
mostró su nueva cara, la del decidido a encabezar un proyecto político
firme. Allí dijo será declarado vencedor de las próximas elecciones en
el primer boletín. Algo exagerado, si se quiere, pero parece un obús
intelectual.
Entre los varios tópicos mostrados en sus declaraciones en la ciudad
norteamericana el expresidente externó otras apreciaciones, pero, sin
quizá esto es lo más relevante porque marca una diferencia. No hay
timidez ni dudas. Dice a todos los que aprecian su calidad de líder, que
está lanzado.
No dijo que será candidato presidencial, pero no podría ser
Presidente sin ser candidato. Es decir, que dijo que será, pero sin
decirlo. Leonel es uno de los principales intelectuales de la política
nacional. Conoce al gran historiador romano Publio Cornelio Tácito quien
señalaba que lo que se calla o se sobreentiende es tan importante como
lo que se cuenta.
Es parte del estilo de Leonel: dejar que el elector haga su
interpretación del curso del tiempo político. Y yo estoy como Pedro
Grullo: digo lo que todos saben.
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