
No es que haya cambiado, sino que salió su esencia porque “lo mucho
hasta Dios lo ve”. En Nueva York el dirigente peledeísta enseñó sus
garras de león al manifestar su defensa de la Constitución. Esa firmeza
de sus convicciones unió a sus seguidores que encontraron una bandera de
lucha, un imán moral.
Leonel argumentó que con la fuerza se puede ganar, pero no convencer y
que no importaba lo que pasara “es pa’lante que vamos”. El león rugió,
había despertado del letargo. Los contrarios pensaban que cedería ante
la presión palaciega y ese fue el error.
El danilismo no miró la veleta política o quizá leyeron mal
anemómetro. La orientación popular va en dirección contraria a los
intereses reeleccionistas y la fuerza de esos vientos podría derribar al
PLD del poder si no ponen atención a la realidad.
La
experiencia política hizo que Leonel señalara que los del poder podían
creer que habían obtenido la victoria, pero únicamente sembraban la
rebelión futura. La certeza de este planteamiento se ha comprobado en
las escaramuzas en torno a las primarias abiertas. El sector palaciego
fracasó en su intento de imponerlas. Las flores de ensayo
reeleccionistas se marchitan en los jarrones de los diputados.
Sin embargo, los acontecimientos dibujan una gran unidad democrática
en camino. Los que influyen en el Congreso pautarán un nuevo formato
para la Ley de Partidos y de común acuerdo excluirán las primarias por
ser el fruto de la discordia.
No obstante las apariencias, la forma en que reaccionó Leonel
Fernández ante la sugerencia de Danilo Medina, son visos de
entendimiento dentro del PLD. Ambos agrupan al partido. El PLD es sin
quizás la fuerza política más poderosa del país y su permanencia en el
poder depende de la unidad. Los peledeístas han resuelto muchas
divergencias y esta confrontación se encamina a la solución.
El PLD tiene presente el Síndrome Jorge Blanco, quien entregó el
poder a sus contrarios por negarse a dejar pasar uno de los propios. Al
buen entendedor bastan pocas palabras. Eso Leonel lo dijo, pero no lo
dijo.
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