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viernes, abril 13, 2018

Debate de primarias

EFECTOS SIN CAUSA.-  La democracia dominicana está cambiando en teoría y práctica sin que los demócratas se den cuenta, aunque sí noten sus efectos. La mayoría ya no es una condición valiosa ni decisiva, pues una minoría arrogante se declara moralmente superior. Veinticuatro senadores del PLD aprobaron en primera lectura la Ley de Partidos, incluyendo primarias abiertas, y se tiene el hecho como el mayor despropósito.
Ocho senadores que se retiraron del hemiciclo, entre ellos 6 del  partido de gobierno, consideran que su posición, favorable a las primarias cerradas, era la correcta. Lo de correcta o incorrecta no es lo que vale en la ocasión, sino que la moción ganadora contó con el apoyo de la mayoría de los integrantes de la cámara alta. Fue una larga discusión en foros diversos, y en la que participaron los constitucionalistas más acreditados, y no solo del país, pues también intervinieron expertos extranjeros, consultados al efecto. Cada parte siguió pensando lo que pensó desde el principio, y el debate pudo haber durado toda la vida, ya que entre las muchas opiniones se tiene una especial: que se deje a cada partido determinar la forma de elección de sus candidatos. Entonces, si cada sector político se librara por su cuenta, la legislación no fuera necesaria. Cada chivo brincaría  como mejor le pareciera...
UN POCO PARA ATRÁS.-  La circunstancia es interesante, pues sucede que los empresarios que ahora opinan que se deje a cada partido decidir su forma de elección de candidatos, fueron de los primeros que dieron un paso al frente para demandar adecuaciones importantes en el ámbito político y electoral. Incluso en ese tiempo fueron más apremiantes que los partidos, ya que consideraban que las elecciones de 2020 no podían celebrarse en las condiciones de 2016. Convocaron a los partidos, o se dejaron invitar por estos, y gestionaron mediaciones, o se involucraron de manera directa y personal en diligencias cruciales. El gobierno sintió la presión y reaccionó, pues era evidente que los capitanes de industria desbordaban su marco natural y querían ser más políticos de la cuenta. Los directivos de entonces cumplieron su período y fueron sustituidos por otros, y el ánimo fue diferente. Los empresarios dejaron a los  políticos en el aire, y estos continuaron el reclamo, pero sin la mano amiga del sector productivo nacional. El cual se recogió y volvió a ocuparse de sus reales asuntos. Aunque con un gobierno más decente y más complaciente. Ahora reaparecen los hombres de empresa, como para que no se diga, y proponen liberalidad en la escogencia de candidatos. Que se mantenga la actual situación en que las cúpulas deciden a su antojo y engañan con apariencia...
DIFÍCIL CONSENSO.-  El consenso sería la situación ideal, pero buscarlo descapitaliza cualquier empresa política. No se ponen de acuerdo los políticos, pero tampoco los abogados que se suponen solo ven la parte técnica. Resulta curioso, pero es cierto. Las primarias abiertas fue una idea del PRM en el principio, cuando era obra de Hipólito Mejía y todavía Luis Abinader no era la fuerza dominante. El dato lo aporta Héctor Guzmán, y sabe de eso, pues no solo fue de los fundadores del partido, sino que trabajó en el equipo que preparó las observaciones a la Ley de Partidos de la Junta Central Electoral. Era entonces una forma de enriquecer la pieza. No debe olvidarse que Mejía siempre expresa su complacencia con las primarias abiertas, solo que no insiste y acepta lo que sería la línea oficial del PRM para no entrar en contradicción y mucho menos originar confrontación. Lo de Abinader no se entiende mucho, y parecería una jugada estratégica. Ayudar desde fuera a Fernández, creyendo que al final sería el beneficiario. Una encuesta dio cuenta de que en cualquier escenario Luis Abinader le ganaría a Leonel Fernández, y en ese sentido le conviene que sea Fernández y no Danilo Medina, quien ya lo venció y que en esa misma medición figura como imposible de superar. La posición, por tanto, sería de conveniencia...
COMO QUIERA.-  Los abogados que postulan o defienden las primarias abiertas dan razones que lucen lógicas, en tanto que los oponentes hacen las veces de politiqueros. Afirman que el grupo de Danilo Medina quiere primarias abiertas, pues sería la vía más directa y segura para imponerse dentro del PLD. Debiera ser lo contrario, pues debe ser más fácil comprar un partido que un pueblo, y en consulta abierta la reelección podría ser enterrada en su propio origen sin tener que confrontarla en el escenario nacional. Se trata de un debate perverso y carente de fundamento. Danilo Medina se reeligió en el 2016 sin que las primarias abiertas pusieran un dedo. Fue obra de un acuerdo interno en que todos los peledeístas que ocupaban posiciones electivas repitieron. Igual ocurrió con los perredeístas que favorecieron en la Asamblea Revisora la reforma constitucional. La inclusión de la reelección. Fuera del PLD, y como postura de oposición, se alega que las primarias abiertas permitirían al gobierno (siempre al gobierno) influenciar para que los adversarios escogieran al candidato más débil y fuera derrotado con poco esfuerzo. Tampoco hizo falta que las primarias abiertas seleccionaran el candidato de la oposición, y este fue débil, pues perdió en los comicios del 2016...
Por Orlando Gil ;-
orlandogil@claro.net.do

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