Ahora que entramos en la Semana Mayor, tiempo en que la feligresía
cristiana rememora los momentos decisivos del Vía crucis y resurrección
de Jesús, el hijo de Dios, la ocasión llama a la precaución, mesura y
control de los ciudadanos en los días del asueto.
No todos se consagran a la práctica del retiro, la meditación, el
ayuno, la solidaridad y la asistencia a cultos, sino que muchos toman el
camino de la diversión y las juergas como un espacio vacacional para el
disfrute ilimitado de sus placeres.
Por eso en este tiempo se producen excesos que cobran vidas en
accidentes de tránsito o en las grescas de borrachos o pistoleros en
lugares de recreación, como las playas y balnearios de ríos o de fi
estas al aire libre.
Vale entonces la exhortación a la prudencia, al manejo cuidadoso de
vehículos de motor, a moderar el consumo de bebidas alcohólicas y a
evitar desenfrenos, para que esta Semana Santa no sea tan luctuosa como
las anteriores.
Tomado del editorial de
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