Un ventarrón reeleccionista desveló el tapujo de
la expresidenta de la Cámara de Diputados, al reclamar cuatro años más
para Danilo. Se olvidó de Dios. El mandatario ha prometido ante su líder
espiritual y sus compañeros del PLD que el actual sería su último
período presidencial, pero ella sabe que todo eso es mentira.
El continuismo llevó el pudor de la expresidenta de la Cámara de Diputados, quien no tiene recato para reclamar, para su hermano, el ilegal derecho de continuar en el poder.
Lucía Medina con sus palabras
también escupe sobre la Constitución. Danilo debe seguir sobre el
caballo porque lo quieren todos los que se benefician del continuismo.
Está visto que la ambición del grupito que gobierna el país está por encima de las convicciones. No tienen freno ni vergüenza para mentir. Ignoro el peso que tendrá para los fieles católicos y para toda la comunidad cristiana que Danilo Medina pase por encima a sus juramentos a Dios.
Se cumple aquí la sentencia: a Dios clamando y con la reelección golpeando. Se entiende que Lucía Medina sea de las primeras que se lance a reclamar un ilegal derecho. Ella es beneficiaria directa. Estaría inaugurando un nuevo clan familiar. En agradecimiento a esas palabras quizá le obsequien un apartamento en el malecón de los incautados al narcotráfico.
No hay ya dudas que los reeleccionistas se han lanzado con todo. Los muñecos del ventrílocuo entonan la misma cantinela que avergüenza por su desparpajo. Se han olvidado de las críticas al balaguerismo. Son los mismos. Se calca ese estilo y se sobrepasan los bordes.
Joaquín Balaguer nunca juró por Dios, que alguno sería su último período y que se retiraría de la vida política. Su émulo Danilo Medina lo ha superado. El equipo que lo rodea en el PLD mancilla la memoria de Juan Bosch. Todo lo dicho por el expresidente y fundador del partido morado sobre las prácticas reformistas ha sido lanzado al zafacón de la historia.
Lo que ocurre es que los peledeístas de nuevo cuño, y los que integran el sector externo de Danilo Medina, no fueron seguidores de Juan Bosch. Nunca vivieron la vida del partido de cuadros. La garrocha danilista los ha encumbrado a niveles de dirección sin tener que cumplir con los deberes de militancia.
El actual gobierno es de los reeleccionistas.
Por Alfredo Freites ;-
El continuismo llevó el pudor de la expresidenta de la Cámara de Diputados, quien no tiene recato para reclamar, para su hermano, el ilegal derecho de continuar en el poder.
Está visto que la ambición del grupito que gobierna el país está por encima de las convicciones. No tienen freno ni vergüenza para mentir. Ignoro el peso que tendrá para los fieles católicos y para toda la comunidad cristiana que Danilo Medina pase por encima a sus juramentos a Dios.
Se cumple aquí la sentencia: a Dios clamando y con la reelección golpeando. Se entiende que Lucía Medina sea de las primeras que se lance a reclamar un ilegal derecho. Ella es beneficiaria directa. Estaría inaugurando un nuevo clan familiar. En agradecimiento a esas palabras quizá le obsequien un apartamento en el malecón de los incautados al narcotráfico.
No hay ya dudas que los reeleccionistas se han lanzado con todo. Los muñecos del ventrílocuo entonan la misma cantinela que avergüenza por su desparpajo. Se han olvidado de las críticas al balaguerismo. Son los mismos. Se calca ese estilo y se sobrepasan los bordes.
Joaquín Balaguer nunca juró por Dios, que alguno sería su último período y que se retiraría de la vida política. Su émulo Danilo Medina lo ha superado. El equipo que lo rodea en el PLD mancilla la memoria de Juan Bosch. Todo lo dicho por el expresidente y fundador del partido morado sobre las prácticas reformistas ha sido lanzado al zafacón de la historia.
Lo que ocurre es que los peledeístas de nuevo cuño, y los que integran el sector externo de Danilo Medina, no fueron seguidores de Juan Bosch. Nunca vivieron la vida del partido de cuadros. La garrocha danilista los ha encumbrado a niveles de dirección sin tener que cumplir con los deberes de militancia.
El actual gobierno es de los reeleccionistas.
Por Alfredo Freites ;-
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