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lunes, marzo 12, 2018

Elecciones limpias

TODAVÍA NO.- Los partidos de oposición se olvidaron que habían ido a la Junta Central Electoral cuando hablaron en la OEA local como si las elecciones del 2020 hubieran pasado y el país estuviera en medio de una crisis política. La JCE no entonó como Kinito Méndez: “El loco volvió”, pero sí emitió un comunicado dando seguridades de que en febrero y mayo del año señalado no habrá problema. Que es suficiente y se basta a sí misma, aunque le gustaría que se aprobaran los proyectos en curso.
La experiencia, sin embargo, es interesante y merece tenerse en cuenta. Estas organizaciones, algunas de las cuales todavía no están acreditadas por la ley, quieren crear una revuelta antes de que existan razones. Lo primero es que llegaron tarde a la Junta, después que esta había reintroducido su legislación al Senado, y no se dieron cuenta de que sus sugerencias pudieron incluirlas en la iniciativa del Partido Reformista Social Cristiano, que forma parte del Bloque Opositor. La intención por tanto no es que se les tome en cuenta, sino crear condiciones que después puedan manipular, si la situación no resulta favorable a sus intereses políticos…
OTRA VEZ.- Lo segundo es que los partidos de oposición olvidan igualmente que lo que denuncian ahora como posible, ya fue advertido después de las pasadas elecciones, y que no lograron nada, pues ninguna organización respetable les hizo caso, y para no dar su brazo a torcer, se mantuvieron firmes, aunque de manera innoble, en no reconocer el triunfo que no pudieron ilegitimar. No fue necesario ir a la OEA, porque la OEA sesionó en el país y la marcha a la cancillería dominicana solo sirvió para que sudara gente que nunca suda, pues hace política de gabinete en oficinas con aire acondicionado.
Además de otro hecho importante. La Organización de Estados Americanos asesoró a la Junta Central Electoral en la preparación de las dos piezas ahora en manos de las cámaras. Lo que no puso o no figura fue porque consideró que no era pertinente. ¿Cómo puede pues desconocer sus aportes o expresarse contraria al producto elaborado o asistido por sus expertos? ¿Qué podría buscarse yendo a la OEA que no fuera poner en salmuera al organismo de elecciones y proclamar a los cuatro vientos que no confían en su poder reglamentario, que ya se había admitido como el remedio más apropiado si no se aprueban las leyes de Partido y Electoral? La Junta se dio cuenta de que estaban afilando cuchilla para su garganta y reiteró sus capacidades y competencias…
ÚNICO ESCENARIO.- Los partidos de oposición parece que no saben que la Junta Central Electoral envió sendas copias del documento a los presidentes del Senado y de la Cámara de Diputados, y esa tramitación no les fue solicitada, sino que la hizo por voluntad propia.
Además de que era lo justo y oportuno, teniendo en cuenta de que ya los proyectos no estaban en sus manos y que será responsabilidad de las cámaras sancionarlos o rechazarlos. Incluso hacer las modificaciones que juzguen convenientes. Las cámaras por tanto son instancias más efectivas a sus fines, y ya se vio que al nombrarse las respectivas comisiones se incluyeron a representantes del Bloque Opositor. Ese es el escenario y ahí deben batirse, a menos que se logre lo que se habla de boca, pero no se asume en la práctica. Llenar el requisito del consenso, la reclamada cumbre del liderazgo superior o el pacto político que se quiso presionar desde el principio. El cálculo falló, y se demostró una vez más que la historia no es mecánica. El propósito era provocar una situación igual a la de 1994 y forzar un entendimiento como el Pacto por la Democracia que produjo cambios o avances institucionales notables. Solo que Danilo Medina no era Joaquín Balaguer, y los acontecimientos tan asimétricos, que nunca hubo ánimo para la refriega. Como en una ocasión anterior, la resignación llegó sin llamarla: “El pueblo quiere lucha, que luche Jack Veneno”…
TOCAR LA TECLA.- Los partidos de oposición no se han dado cuenta de que el gobierno se encuentra en un trance adentro que le haría bien un entendimiento afuera. Solo tienen que advertir la situación, y la real correlación de fuerzas. El gobierno es fuerte, la oposición es débil, y conviene a los fines de uno y otros hacerse concesiones estratégicas. Unas de carácter inmediato y otras a largo plazo. Si los números de las encuestas no mienten, el liderazgo de Danilo Medina da para muchas cosas. Buenas y malas. Desplazarlo no será tan fácil, sea que se presente o apoye un candidato que responda a sus intereses.
Si la ley de partidos es el instrumento que sueñan algunos, de que permitirá un cambio político, no puede pensarse en lo inmediato, en el 2020. Habría que considerar una fecha posterior. El problema no debiera ser la circunstancia, sino las condiciones. Los propios partidos dicen que son injustas e imposibles de superar al oficialismo con las reglas existentes. Nada tiene de malo averiguar de manera directa o por vía oficiosa la intención de los gobiernistas respecto a la Ley de Partido y su compañera de Régimen Electoral. No creerse el cuento de las primarias abiertas haría bien, pues –por mucho que se diga– nunca ha sido ni es cosa de vida o muerte. Los que hablan por boca de gansos solo repiten lo que coyunturalmente conviene. Los estrategas son otros, y sus deseos pueden encontrar acotejo… 
Por Orlando Gil ;-
orlandogil@claro.net.do
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