ANTES DE TIEMPO.- No conviene
cantar victoria antes de la competencia, y eso parece se estaría
haciendo en el PRM con su convención del próximo domingo 18. El
presidente de la Comisión Nacional Organizadora, Toni Raful, proclama
unas excelencias que podrían ser espuma y no de chocolate. Y Luis
Abinader hasta felicitó a los compañeros por su fervor, adhesión y
disciplina, como si la vendimia partidaria fuera solo suya.
Sin embargo, quienes conocen intimidades tienen sus reservas y consideran que los responsables debieran guardarse las ganas hasta el lunes, cuando se supone el panorama estará claro. Ahora a lo sumo nublado, todavía no llueve, e impensable que pueda verse el arco iris. Los candidatos no dicen esta boca es mía, siguen en afanes de campaña, y esa actitud sería de riesgo, pues cuando vengan a darse cuenta, será tarde. Tal vez muy tarde. Por ejemplo. Se entregó el padrón a la Junta Central Electoral, el tiempo apremiaba y era un requisito de ley. Se hizo para cubrirse aun cuando se sabía que no estaba completo. Ese padrón es el padrón, de eso no hay dudas, pero con deficiencias notorias. Una justificación abierta a todo alegato…
LUGAR DE VOTACIÓN.- Una cosa es tener un registro de militantes acreditados para votar y otra muy distinta que el padrón esté disponible en los lugares de sufragio. Se sabe que no está completo, pero tampoco en condiciones de facilitar el ejercicio. A media semana se depuraba por municipios o las demarcaciones correspondientes. Incluso en los sitios en que estaba en línea, se hacía difícil abrirlo. Tampoco se había realizado una prueba que dejara a todo el mundo satisfecho, y se habla de validar el domingo en la mañana. Debe suponerse lo que ocurrirá si se presentan situaciones que deben corregirse, con el proceso en marcha desde temprano. No sería trampa ni marrullería, pero si una dificultad surgida en el momento menos apropiado. Recuerda los escáneres de la Junta Central Electoral que los partidos dijeron que no cuando se tenía la fecha encima y no había manera de remediar. ¿Qué pasará cuando un compañero se presente a la mesa y su nombre no aparezca? El trastrueque en pie, un caos que se replicaría en zonas, municipios y en el exterior. En las elecciones generales del 1978 se alegó una situación parecida y solo la Virgen de la Altagracia evitó que fuera causa de una desgracia nacional…
CUESTIÓN DE VOTAR.- La Comisión Nacional Organizadora o su presidente se llenan la boca con la preparación del padrón, sin darse de cuenta de que el padrón es importante, pero más que la gente pueda votar. Incluso se considera un poco irresponsable avanzar desde ya que habrá lugares (en zonas, municipios o exterior) en que no podrá votarse. La culpa se atribuye a desacuerdos locales, pero esa situación en verdad se deberá a la dirección nacional. No es igual originar que reproducir. Cuando llegue el momento del pataleo se sabrá. Se verá si los afectados acuden a la instancia menor o a la superior. O buscan justicia por fuera, ante el Tribunal Superior Electoral. La circunstancia será curiosa, pues el dominicano tiene por costumbre dejar todo para después de Semana Santa, y no será fácil retomar los reclamos con el Cristo resucitado y el Judas quemado. La prueba será crucial, y no solo para el PRM, pues se juega la posibilidad de los partidos organizar con éxito votaciones internas sin el auxilio de la Junta Central Electoral. En este caso el organismo estará como de vacaciones, ajeno al desenlace. Con decir que el presidente Julio César Castaños aprovechó y se fue a Rusia a las elecciones de Vladimir Putin, el nuevo zar…
SI QUIEREN VOTOS, LOS CUARTOS.- Otra situación que se da, aunque al margen del proceso oficial, pero igualmente importante, es el trato entre los chiquitos y los grandes. No es lo mismo la presidencia y secretaría general nacionales, que la presidencia y secretaría general locales. Los segundos recogen votos en los municipios que pueden acreditar a los primeros, previo entendimiento. El trabajo político tiene su tiempo, pero también su costo, y si el voto va a aprovechar a dos o a tres, justo sería compartir el gasto. Se impone buscar la logística, como se dice ahora, pero que en otro tiempo era la manteca, o la grasa. Incluso esa semántica revela cambio en el predominio político. La manteca o grasa tuvo su origen en el PRD, que era un partido de los de abajo. La logística corresponde al PLD, una versión light, o si se quiere, dietética. El chiquito planteó la situación al grande, y el grande convino. Sin embargo, pasa el tiempo y los chelitos no llegan. Nada del otro mundo, visto por unidad, pero sí mucho de manera conjunta. Mil pesos para el delegado y quinientos para el suplente. Si se multiplica por centro de votación, una suma fabulosa. De manera que se explica el nerviosismo, y de lado y lado, pues existe el compromiso abajo y la votación es inminente. La consigna es clara, además de apremiante: “Si quieren votos, busquen los cuartos”…
Sin embargo, quienes conocen intimidades tienen sus reservas y consideran que los responsables debieran guardarse las ganas hasta el lunes, cuando se supone el panorama estará claro. Ahora a lo sumo nublado, todavía no llueve, e impensable que pueda verse el arco iris. Los candidatos no dicen esta boca es mía, siguen en afanes de campaña, y esa actitud sería de riesgo, pues cuando vengan a darse cuenta, será tarde. Tal vez muy tarde. Por ejemplo. Se entregó el padrón a la Junta Central Electoral, el tiempo apremiaba y era un requisito de ley. Se hizo para cubrirse aun cuando se sabía que no estaba completo. Ese padrón es el padrón, de eso no hay dudas, pero con deficiencias notorias. Una justificación abierta a todo alegato…
LUGAR DE VOTACIÓN.- Una cosa es tener un registro de militantes acreditados para votar y otra muy distinta que el padrón esté disponible en los lugares de sufragio. Se sabe que no está completo, pero tampoco en condiciones de facilitar el ejercicio. A media semana se depuraba por municipios o las demarcaciones correspondientes. Incluso en los sitios en que estaba en línea, se hacía difícil abrirlo. Tampoco se había realizado una prueba que dejara a todo el mundo satisfecho, y se habla de validar el domingo en la mañana. Debe suponerse lo que ocurrirá si se presentan situaciones que deben corregirse, con el proceso en marcha desde temprano. No sería trampa ni marrullería, pero si una dificultad surgida en el momento menos apropiado. Recuerda los escáneres de la Junta Central Electoral que los partidos dijeron que no cuando se tenía la fecha encima y no había manera de remediar. ¿Qué pasará cuando un compañero se presente a la mesa y su nombre no aparezca? El trastrueque en pie, un caos que se replicaría en zonas, municipios y en el exterior. En las elecciones generales del 1978 se alegó una situación parecida y solo la Virgen de la Altagracia evitó que fuera causa de una desgracia nacional…
CUESTIÓN DE VOTAR.- La Comisión Nacional Organizadora o su presidente se llenan la boca con la preparación del padrón, sin darse de cuenta de que el padrón es importante, pero más que la gente pueda votar. Incluso se considera un poco irresponsable avanzar desde ya que habrá lugares (en zonas, municipios o exterior) en que no podrá votarse. La culpa se atribuye a desacuerdos locales, pero esa situación en verdad se deberá a la dirección nacional. No es igual originar que reproducir. Cuando llegue el momento del pataleo se sabrá. Se verá si los afectados acuden a la instancia menor o a la superior. O buscan justicia por fuera, ante el Tribunal Superior Electoral. La circunstancia será curiosa, pues el dominicano tiene por costumbre dejar todo para después de Semana Santa, y no será fácil retomar los reclamos con el Cristo resucitado y el Judas quemado. La prueba será crucial, y no solo para el PRM, pues se juega la posibilidad de los partidos organizar con éxito votaciones internas sin el auxilio de la Junta Central Electoral. En este caso el organismo estará como de vacaciones, ajeno al desenlace. Con decir que el presidente Julio César Castaños aprovechó y se fue a Rusia a las elecciones de Vladimir Putin, el nuevo zar…
SI QUIEREN VOTOS, LOS CUARTOS.- Otra situación que se da, aunque al margen del proceso oficial, pero igualmente importante, es el trato entre los chiquitos y los grandes. No es lo mismo la presidencia y secretaría general nacionales, que la presidencia y secretaría general locales. Los segundos recogen votos en los municipios que pueden acreditar a los primeros, previo entendimiento. El trabajo político tiene su tiempo, pero también su costo, y si el voto va a aprovechar a dos o a tres, justo sería compartir el gasto. Se impone buscar la logística, como se dice ahora, pero que en otro tiempo era la manteca, o la grasa. Incluso esa semántica revela cambio en el predominio político. La manteca o grasa tuvo su origen en el PRD, que era un partido de los de abajo. La logística corresponde al PLD, una versión light, o si se quiere, dietética. El chiquito planteó la situación al grande, y el grande convino. Sin embargo, pasa el tiempo y los chelitos no llegan. Nada del otro mundo, visto por unidad, pero sí mucho de manera conjunta. Mil pesos para el delegado y quinientos para el suplente. Si se multiplica por centro de votación, una suma fabulosa. De manera que se explica el nerviosismo, y de lado y lado, pues existe el compromiso abajo y la votación es inminente. La consigna es clara, además de apremiante: “Si quieren votos, busquen los cuartos”…
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