Tarde o temprano los gremios médicos del país
tendrán que acometer la profilaxis de ese sector para poner coto a
prácticas antiéticas o deshumanizantes que, innecesariamente,
desnaturalizan y corrompen la misión noble y vital a la que muchos se
han consagrado con vocación y entrega.
El
LISTÍN DIARIO ha puesto en evidencia, semanas atrás, las maniobras a
las que se prestan algunos médicos inescrupulosos -no todos, por
supuesto- para referir pacientes que necesitan analíticas de su salud a
centros de diagnóstico o de sangre que previamente les ofrecen coimas
per cápita.
También cómo algunos, sin importarles el sacrificio económico o los
daños colaterales que puedan ocasionarles a sus pacientes, se prestan
para colocar prótesis o implantes de cuestionable calidad o a recetarle
medicamentos que provienen de un laboratorio o casa distribuidora,
también por medio de coimas.
Si bien el Colegio Médico Dominicano cuenta con un comité de
disciplina y de ética, pocas noticias se tienen del trabajo de estas
unidades en medio de tantas denuncias de malas prácticas o de
negligencias médicas que constituyen una degradación y deshumanización
del servicio al que se comprometieron ante la sociedad en el juramento
hipocrático.
Una denuncia hecha por el presidente ejecutivo de la Asociación
Dominicana de Administradoras de Riesgos de Salud, sin generalizar pero
tampoco sin señalar casos específicos de culpables, ha puesto de
manifiesto las vulnerabilidades del sistema de la seguridad social en
cuanto a lo que él llama “trampas” que hacen algunos galenos para
beneficiarse de los procedimientos indicados a pacientes asegurados.
El Colegio Médico Dominicano y otras entidades especializadas han
rechazado estas acusaciones, aunque otros médicos, de manera particular,
confiesan que tales irregularidades existen.
Frente a lo que parece ser una cadena de engaños, lo que se impone
es que las autoridades actúen con responsabilidad y determinación para
proteger la salud humana de los dominicanos de tantas prácticas
marrulleras que estarían dándose entre médicos inescrupulosos a fin de
cancelarles sus execuátur, con lo cual se estaría poniendo en marcha una
profilaxis profunda y urgente del sistema, que tanto se necesita.
Tomado del editorial de
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