Esto se parece a un viejo axioma universal: ¡Los partidos en el poder no se dividen...!
... Pero aquí, en nuestro país, esa regla se rompe siempre. Se
dividió el Partido Reformista por la primera reelección de Balaguer en
1970 cuando se fue Augusto Lora; se dividió el PRD en 1986 entre Peña y
Majluta y ahora está a punto de dividirse el PLD entre Danilo y Leonel.
Los tres principales partidos del sistema --que han dominado no sólo
el poder político sino la actividad partidaria de los últimos 50 años--,
han adolecido de la misma debilidad, y en cada caso han salido
aporreados del poder para pasarse largas temporadas en oposición
calamitosa.
El ejemplo más patético lo aporta el Partido Revolucionario
Dominicano. Ha ocupado el poder en tres ocasiones --olvidemos la
experiencia trágica de 1963--, y las tres veces ha salido dividido
camino a una larga oposición. Ocurrió en 1986 y no volvió al poder sino
14 años después, en el 2000. Y también le ocurrió en el 2004 y va para
16 años “frenando en el aro”, como dicen los tígueres de la calle.
El genio de Balaguer logró superar la división con Lora en 1970 y 30
años después terminaron juntos, pero ese fue un caso excepcional.
Después de esa experiencia Balaguer apoyó a Leonel en 1996 por encima
del candidato de su partido, que era Jacinto Peynado. ¿Consecuencia?
Veintiún años en la “oposición”. ¡Y contando!
La historia ha sido la mismaÖ Aquí se rompe el axioma de que los
partidos en el poder no se dividen. Al contrario, las formaciones
partidarias dominicanas se fracturan más mientras usufructúan el
gobierno, y siempre por la misma causa: la ambición política, el deseo
irrefrenable de sustituir a los que están arriba, el canibalismo...
... Justo lo que se percibe está pasando ahora en el Partido de la
Liberación Dominicana donde asoma una división ominosa entre Leonel
Fernández y Danilo Medina. ¿Que cuáles serán las consecuencias
electorales de semejante desatino?
¡... Proyectando el 2020!
Leonel Fernández ha proclamado de forma desenfadada que será candidato
presidencial en las próximas elecciones y se ha preparado para ir a unas
primarias cerradas al padrón de su partido. No acepta primarias con el
padrón universal porque sabe que difícilmente las ganaría.
Danilo Medina propone las primarias abiertas con el padrón de la
Junta Central Electoral. Ahí está el tranque que mantiene en el limbo la
ley de Partidos Políticos y de un nuevo régimen electoral. Es un nudo
tan difícil de desatar que ni siquiera el Comité Político se atreve a
reunirse para discutir el tema.
El hecho de que Leonel proclame que será candidato presidencial
“cueste lo que cueste”, es un anticipo de la posibilidad de una división
interna que pudiera partir al PLD en dos mitades. Leonel tiene
franquicias partidarias que avalarían su candidatura fuera del PLD,
incluyendo el Partido Reformista y la Fuerza Nacional Progresista, entre
otras.
Pero
el núcleo duro del PLD difícilmente se separe de su partido, y menos
aún las bases de una organización política que en las próximas
elecciones habrá cumplido 20 de los últimos 24 años en el poderÖ Frente a
una eventual repostulación de Danilo, una candidatura extra PLD de
Leonel parecería una aventura loca. Pero abriría otro escenario:
Veamos...
... La segunda vuelta a la vista
Con candidaturas paralelas y el voto peledeísta dividido, Leonel y
Danilo abrirían el escenario para una segunda vuelta electoral.
Obviamente, el balotaje lo disputarían Danilo, por el PLD, y Abinader
o Hipólito por el PRM En ese caso, Leonel trataría de replicar el
frente patriótico que lo llevó por primera vez al poder apoyado por el
reformismo en 1996. Tal posibilidad volvería a unificar el voto
peledeísta para reelegir a Danilo.
Lo que no está supuesto a ocurrir es que en ese escenario Leonel
supere en votos al PLD, al gobierno, a Danilo, a su mujer Margarita y al
resto de los partidos aliados.
¡Por eso le llamo “una aventura” loca!
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