Al infaltable consejo de que “si tomas, no
manejes y si manejas, no tomes” hay que acompañarlo ahora de otro
bastante oportuno: “Si manejas, no hables ni chatees por el celular”.
Y
es que, según los últimos hallazgos en las estadísticas sobre los
accidentes de tránsito en el país, el 54 por ciento de estos eventos
tiene su causa en la distracción o desconcentración del conductor al
usar el teléfono celular.
No solo es una imprudencia hablar con un teléfono sujetado en una
mano y manejar con la otra, sino leer y responder mensajes de texto o
distraerse con un vídeo.
En ambos casos, ese factor de distracción limita los márgenes de
maniobra que pudiera tener el conductor en un momento de emergencia o
necesidad y de ahí la alta tasa de accidentes causados por ese motivo,
de acuerdo con el Programa de Reducción de la Mortalidad por Accidentes
de Tránsito (PREMAT).
Como en navidades se produce siempre un aumento de accidentes de
carreteras con su correspondiente cuota de muertes y lesionados, las
autoridades están llamando la atención sobre el fenómeno del recurrente
uso de los celulares por parte de quienes manejan, con la finalidad de
advertir de sus consecuencias.
La ingesta de alcohol o la velocidad temeraria han sido siempre los
factores más preponderantes en los accidentes, pero llama la atención
que ya rivalicen con esas causales los casos de distracción de los
conductores que hablan o chatean por los celulares mientras manejan.
Esto indica que ahora hay que integrar a las campañas preventivas los
consejos que induzcan a los choferes a no hablar o chatear por
celulares mientras conducen, a no distraerse más de la cuenta leyendo
letreros y vallas publicitarias en las carreteras y, por supuesto, a no
tomar alcohol, ni poco ni mucho, desde el volante.
Tomado del editorial de
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