LAS BUENAS COSECHAS.- Dios me
libre de decir que en el PLD o entre peledeístas ya no hay problemas. Y
Dios libre por igual al PLD y a los peledeístas de creérselo. Lo del
lunes de la semana pasada fue una especie de Thanksgiving, y era justo
que lo celebraran, pues deben dar gracias al poder por las buenas
cosechas. Comer y beber juntos una vez al año no hace daño, y los
peledeístas necesitaban un respiro, aunque fuera en Navidad. No hay que
pensar ni suponer que el 2018 será diferente.
Las mismas contradicciones desde el primer día, incluso deberán acentuarse, pues solo de ese modo conseguirán resultado. ¿Esperará Danilo Medina o Leonel Fernández el 2019 para definirse respecto a la nominación presidencial? O es el uno, o es el otro, o será un tercero, pero el PLD tendrá que llevar boleta en las elecciones del 2020, y esa diligencia no podrá dejarla, como si fuera la placa, para el último día. Así que no hay porque perderse en lo claro. Los peledeístas no van a dejar que la resaca los saque de competencia, y todavía con el puerco en la boca van a salir, cada cual por su lado, a hacer campaña interna. Las primarias -cerradas, abiertas- no serán vientos que tumben cocos.
A MANO PELADA.- La clave está en acometer la tarea con ánimo diferente, sabiendo que la dialéctica no se equivoca. Los peledeístas tienen que competir, disputar, debatir y buscar soluciones a sus problemas sin que necesariamente deban llegar a la división. El exceso de democracia puede hacer daño, pero más daño haría la ausencia de democracia. La que parece una dificultad del PLD, honestamente hablando, es una dificultad de los partidos dominicanos en sentido general. Todos los grupos políticos de rango superior tienen inconvenientes propios, y lo peor es que no existe una manera única de superarlos. Cada cual deberá encontrar remedio a sus males, y hacerlo pronto, pues el proceso político de cara a las elecciones del 2020 arrancó, sin que los partidos se hayan dado cuenta. Y lo más importante. No depende de ninguna fuerza política en particular, y sea cual que fuere la circunstancia, no va a cansarse o a detenerse a tomar fresco en fronda ajena. Igual que ninguno sueñe con aprovecharse de la desgracia del oponente. Se cree que los días del PLD están contados, y que Leonel Fernández y Danilo Medina harán de sepultureros, y todo porque ven a uno con pico y al otro con pala. La verdad que para destruir un partido no se necesita equipo y basta con las manos peladas...
TAREAS PENDIENTES.- Habrá que ver si el abrazo de los peledeístas va más allá de una boda y de un almuerzo, y si el 2018 los encuentra con ese temperamento de conciliación. Lo que se dice por estos días de aniversario fue lo mismo que se dijo en años anteriores. Incluso Leonel Fernández escribió un artículo en el 2016 que no difiere del que publicara la semana pasada. Los peledeístas saben desde hace mucho cuales son sus problemas y la necesidad de aplicar remedios. Aunque sean compresas. Ellos podrían seguir peleando de manera abierta o de bajo perfil, pero deben recordar que tienen tareas pendientes. Que todavía el Congreso Norge Botello no concluye, pues hay resoluciones esperando que las conviertan en reglamento. Tal vez no se recuerda, pero en abril pasado el comité Central oficializó como reglamento 4 de 7 resoluciones. Incluso las 3 faltantes fueron dejadas sobre la mesa a la espera de la Ley de Partidos, una medida que se consideró prudente, pero que visto el tiempo y la forma como se maneja el asunto, fue una trama inteligente. Ahora no se tiene Ley de Partidos, pero tampoco reglamentos que eran vitales para el desempeño interno de ese partido...
LOS REGLAMENTOS.- Los cuatro reglamentos aprobados en abril tienen que ver con Organización y Funcionamiento del comité Central, Unidad de Fiscalización, Evaluación y Control, Disciplina y Ética y Secretariado. Los tres que duermen como resoluciones corresponden a Elección de las Direcciones Provinciales, MunicipalesÖ Revisión y Actualización del Padrón del Partido y Reestructuración, Multiplicación y Nombres de los Comités Intermedios. Como puede observarse, lo pendiente es importante, incluso crucial. Un partido que no se renueva es un partido que a la corta o a la larga morirá por inanición. Así como no se mueve ni cambia arriba, tampoco se mueve o cambia abajo. Hay compañeros con cañera esperando que se abran las puertas de las oportunidades para aspirar a cargos de dirección media. No es posible que se deje en manos de Dios una tarea que debiera ser institucional. La de desplazar o sustituir directivos. Dígase lo que se diga, el trabajo que resta afecta el orden interno y la potencia del partido en sentido general. Por ejemplo, ya se olvidó lo que se acordó de que miembros del comité Político actuarían de enlaces con regiones y provincias, una iniciativa que se dijo en su momento serviría para relanzar al PLD.
Las mismas contradicciones desde el primer día, incluso deberán acentuarse, pues solo de ese modo conseguirán resultado. ¿Esperará Danilo Medina o Leonel Fernández el 2019 para definirse respecto a la nominación presidencial? O es el uno, o es el otro, o será un tercero, pero el PLD tendrá que llevar boleta en las elecciones del 2020, y esa diligencia no podrá dejarla, como si fuera la placa, para el último día. Así que no hay porque perderse en lo claro. Los peledeístas no van a dejar que la resaca los saque de competencia, y todavía con el puerco en la boca van a salir, cada cual por su lado, a hacer campaña interna. Las primarias -cerradas, abiertas- no serán vientos que tumben cocos.
A MANO PELADA.- La clave está en acometer la tarea con ánimo diferente, sabiendo que la dialéctica no se equivoca. Los peledeístas tienen que competir, disputar, debatir y buscar soluciones a sus problemas sin que necesariamente deban llegar a la división. El exceso de democracia puede hacer daño, pero más daño haría la ausencia de democracia. La que parece una dificultad del PLD, honestamente hablando, es una dificultad de los partidos dominicanos en sentido general. Todos los grupos políticos de rango superior tienen inconvenientes propios, y lo peor es que no existe una manera única de superarlos. Cada cual deberá encontrar remedio a sus males, y hacerlo pronto, pues el proceso político de cara a las elecciones del 2020 arrancó, sin que los partidos se hayan dado cuenta. Y lo más importante. No depende de ninguna fuerza política en particular, y sea cual que fuere la circunstancia, no va a cansarse o a detenerse a tomar fresco en fronda ajena. Igual que ninguno sueñe con aprovecharse de la desgracia del oponente. Se cree que los días del PLD están contados, y que Leonel Fernández y Danilo Medina harán de sepultureros, y todo porque ven a uno con pico y al otro con pala. La verdad que para destruir un partido no se necesita equipo y basta con las manos peladas...
TAREAS PENDIENTES.- Habrá que ver si el abrazo de los peledeístas va más allá de una boda y de un almuerzo, y si el 2018 los encuentra con ese temperamento de conciliación. Lo que se dice por estos días de aniversario fue lo mismo que se dijo en años anteriores. Incluso Leonel Fernández escribió un artículo en el 2016 que no difiere del que publicara la semana pasada. Los peledeístas saben desde hace mucho cuales son sus problemas y la necesidad de aplicar remedios. Aunque sean compresas. Ellos podrían seguir peleando de manera abierta o de bajo perfil, pero deben recordar que tienen tareas pendientes. Que todavía el Congreso Norge Botello no concluye, pues hay resoluciones esperando que las conviertan en reglamento. Tal vez no se recuerda, pero en abril pasado el comité Central oficializó como reglamento 4 de 7 resoluciones. Incluso las 3 faltantes fueron dejadas sobre la mesa a la espera de la Ley de Partidos, una medida que se consideró prudente, pero que visto el tiempo y la forma como se maneja el asunto, fue una trama inteligente. Ahora no se tiene Ley de Partidos, pero tampoco reglamentos que eran vitales para el desempeño interno de ese partido...
LOS REGLAMENTOS.- Los cuatro reglamentos aprobados en abril tienen que ver con Organización y Funcionamiento del comité Central, Unidad de Fiscalización, Evaluación y Control, Disciplina y Ética y Secretariado. Los tres que duermen como resoluciones corresponden a Elección de las Direcciones Provinciales, MunicipalesÖ Revisión y Actualización del Padrón del Partido y Reestructuración, Multiplicación y Nombres de los Comités Intermedios. Como puede observarse, lo pendiente es importante, incluso crucial. Un partido que no se renueva es un partido que a la corta o a la larga morirá por inanición. Así como no se mueve ni cambia arriba, tampoco se mueve o cambia abajo. Hay compañeros con cañera esperando que se abran las puertas de las oportunidades para aspirar a cargos de dirección media. No es posible que se deje en manos de Dios una tarea que debiera ser institucional. La de desplazar o sustituir directivos. Dígase lo que se diga, el trabajo que resta afecta el orden interno y la potencia del partido en sentido general. Por ejemplo, ya se olvidó lo que se acordó de que miembros del comité Político actuarían de enlaces con regiones y provincias, una iniciativa que se dijo en su momento serviría para relanzar al PLD.
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