Marisol Sierra salió hacia su trabajo el 14 de mayo del 2016 y desde ese día sus familiares esperan su regreso. |
Desde 2015 a la fecha se han reportado 1,163 casos, de acuerdo a datos suministrados por la Policía
“A veces creo haberla visto y no es ella. No sé si te puedes
imaginar lo duro que es tú ir a una morgue y entrar a ver cadáveres”.
Esta es la confesión que hace Marcia Sierra,
hermana de Marisol Sierra, una mujer de 46 años que se encuentra
desaparecida desde el 14 de mayo de 2016, quien salió de su casa ese día
en la mañana con destino a su trabajo, el hotel La Casona Dorada, en la
avenida Independencia a donde nunca llegó.
Con la voz quebrada y una combinación de impotencia y
tristeza, Marcia explica que en el año y siete meses sin rastros de su
hermana, lejos de ella y de su familia, ese estado de incertidumbre ha
sido el más difícil que ha tenido que enfrentar en toda su vida.
“Yo me he deprimido demasiado. A mí se me marcó la cara con
un tic nervioso y se me cayó el pelo de delante de la cabeza. Yo no
duermo, tengo trastorno del sueño provocado por esa situación, me
despierto y no duermo más. Me he quedado con un estado nervioso
demasiado fuerte y a raíz de las oraciones de mi esposo, mi hija, mi
madre, de todo el mundo, es que he ido recuperándome. Yo lloraba todos
los días, entré en una depresión eterna y, gracias a Dios, lo he ido
superando. Yo no he vuelto a ser la misma jamás ,porque eso me marcó
demasiado. No le encuentro alternativas”, cuenta.
Al conversar con este medio, dice que una de las cosas más
dolorosas que ha experimentado, además de tener que ir a las morgues a
identificar cuerpos que, por fortuna, ninguno ha sido el de Marisol, es
que a cada momento personas que conocen el caso le envían fotografías de
cadáveres o que le escriben para decir que la vieron en algún lugar.
“No es fácil, no es nada fácil”, lamenta.
Guardando la esperanza y confiando en que Dios se la
devolverá con vida a su hogar, se encuentra Maribel Sierra, otra hermana
de Marisol.
Con pocas palabras, pero con un sentimiento de desolación,
define a su hermana como una mujer hermosa, alegre y comunicativa. “A
ella todo el mundo la conocía por aquí; los vecinos fuimos en grupo a
donde quiera que decían que más o menos podía estar”, dice.
Maribel manifestó que su hermana Marisol sufría de
bipolaridad y que podría darse el caso de que al momento de su
desaparición se encontrara un poco triste porque en ese tiempo su hija
se había ido de viaje.
La señora Rosa María Mora, de 65 años, desapareció el 24 de noviembre. |
“Yo siempre oro porque ella esté bien y porque Dios haga la
obra y nos la regrese. Que Dios le abra un camino para que ella pueda
volver”, comenta con un llanto contenido.
Esa misma situación en que se encuentran Marcia y Maribel la
viven decenas de familias dominicanas que día tras día sufren la
ausencia de algún ser querido que salió un día de casa y jamás ha
regresado.
Estadísticas
De acuerdo a datos suministrados por la Policía, desde el
2015 hasta la fecha, se han reportado 1,163 casos de desaparecidos,
algunos de los cuales han sido resueltos, unos están pendientes y otros,
lamentablemente, fueron hallados sin vida. En este 2017 han sido
reportados 363 casos, según la institución. De esta cantidad de personas
sólo han sido localizadas 246; los casos clasificados pendientes suman
89 y sin vida 28.
Infortunadamente, esa cantidad ha ido en aumento, pues el
total de desaparecidos en el 2016 fue 268. De estos, 184 casos fueron
resueltos, 59 quedaron pendientes y sin vida hallaron a 21.
Uno de los casos pendientes de este 2017 es el de la señora
Rosa María Mora, de 65 años, quien salió de su casa, ubicada en el
sector Honduras del Distrito Nacional, hace 35 días.
Rosa María se marchó en horas de la mañana hacia la iglesia
para después ir a hacer ejercicio como de costumbre. Sus parientes han
realizado varias jornadas de búsqueda para dar con su paradero por
diferentes comunidades de Santo Domingo.
A Reynoso, a Carrión y a Báez también los esperan
En este año, que culmina el próximo domingo, otras personas
que también fueron reportadas como perdidas y que sus familias esperan
por su llegada o aparición, son José Modesto Reynoso, Jerry Carrión,
Abraham Báez. José Modesto Reynoso salió en su motor el 23 de marzo a
buscar a su amigo Jerry Carrión al cementerio Cristo Redentor, para
llevarlo a Los Alcarrizos, pero desde ese día, y para el asombro de
muchos, nadie ha sabido del paradero de ninguno de los dos. Abraham
Báez, desapareció de su residencia, ubicada en el sector Valiente, en
Boca Chica, el 11 de abril. Báez, es un pequeño de apenas siete años y
según sus familiares, sufre de autismo.
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