El crimen del abogado y profesor universitario
Yuniol Ramírez y la aún extraña desaparición del de hecho condenado
Pedro Alejandro Castillo Paniagua (Quirinito), con una pena activa de 30
años de prisión por homicidio, constituyen dos sucesos ocurridos, en
circunstancias apartes, que siguen angustiando a la sociedad, aunque
persiste un clamor que aspira a su esclarecimiento rápido y definitivo.
Los ciudadanos que han estado atentos a estos acontecimientos siguen cada nuevo detalle surgido durante la investigación de estos enmarañados casos que, desde su develación, pusieron en vilo al país, pero dejando en el aire un rosario de preguntas que no han encontrado respuestas.
El asesinato de Ramírez, cuyo cadáver fue hallado el jueves 12 de octubre con un disparo en la cabeza y atado a dos blocks con cadenas en un arroyo de Hato Nuevo, en Manoguayabo, Santo Domingo Oeste, espanta y, por lógica consecuente mantiene en vilo a toda la sociedad.
Los ciudadanos que han estado atentos a estos acontecimientos siguen cada nuevo detalle surgido durante la investigación de estos enmarañados casos que, desde su develación, pusieron en vilo al país, pero dejando en el aire un rosario de preguntas que no han encontrado respuestas.
El asesinato de Ramírez, cuyo cadáver fue hallado el jueves 12 de octubre con un disparo en la cabeza y atado a dos blocks con cadenas en un arroyo de Hato Nuevo, en Manoguayabo, Santo Domingo Oeste, espanta y, por lógica consecuente mantiene en vilo a toda la sociedad.
Este episodio,
ajustado para una propuesta de novela de terror, preocupa todavía más
porque ocurre cuando aún no se habían acallado los ecos del caso de la
adolescente Emely Peguero, quien fue presuntamente asesinada por su
novio, Marlon Martínez, en su residencia de San Francisco de Macorís, y
después botó su cadáver.
La preocupación se acrecienta con más fuerza porque a la luz de los
acontecimientos en cuestionó, muchos ciudadanos sienten que estos
sucesos no son casuales, sino una consecuencia directa de la inseguridad
que impera en el país.
En torno al asesinato de Yuniol Ramírez están detenidos, con medidas
de coerción el exdirector de la Omsa, Manuel Rivas; José Antonio Mercado
Blanco (El Grande) y Faustino Rosario Díaz, mientras continua prófugo
Argenis Contreras González, señalado como uno de los autores materiales
del crimen del abogado.
El caso "Quirinito" también está envuelto en un manto de misterio.
Hasta al momento no hay detenidos con relación a la trama montada para
simular su muerte. Al respecto, hay seis personas suspendidas, entre
jueces, fiscales, médico legista y personal penitenciario.
Varios certificados médicos, incluyendo el de un legista, dieron por
cierto que el prisionero estaba padeciendo de un cáncer terminal en la
lengua.
La jueza Aleyda Jiménez Acosta, quien fue suspendida de sus funciones
en el tribunal de Ejecución de la Pena de San Francisco de Macorís,
dijo que dispuso el cambio de la pena, motivado a que varios médicos de
instituciones tanto de San Francisco de Macorís como de Santiago,
emitieron certificaciones donde aseguraban que la enfermedad del
prisionero era real.
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