MUCHO MÁS QUE DOS.- Nada
extraordinario, pero no deja de llamar la atención que los primeros en
preparar y someter apelación en el caso Odebrecht sean los abogados de
Andrés Bautista y Temístocles Montás. No es que sean los únicos
políticos, ni siquiera los más prestantes, pero sí los dos que tienen
las situaciones más especiales.
El PRM dedica tiempo y esfuerzo a defender a Bautista, realizando asambleas por todo el país, y su línea política de oposición dependerá de su suerte.
Una posición rara, pero real. Incluso parece que provoca mayor militancia la causa de Bautista que la convocatoria de convención. La verdad que la inclusión, sometimiento y detención de Bautista estropea un plan. Un plan considerado ideal, aun cuando afectaba la democracia interna. Se consideraba mejor amarrar un resultado que ponerse a loquear en un escrutinio de riesgos. Confirmar a Bautista era más conveniente que abrir esa olla de grillos que son los procesos internos de los perredeístas ahora devenidos en perremeístas.
DEMONIOS vs. INFIERNOS.- Si a Andrés Bautista le variaran la coerción, y fuera devuelto a la calle, podría reasumir sus funciones como si nada hubiera pasado. Supónganse lo que sería que fuera liberado de toda culpa. Pero si no, el PRM tiene que llamar a convención para la presidencia del partido, pues esa fórmula de Chu Vásquez secretario general asistidos por siete presidentes en funciones es un disparate político. E incluso podría dar lugar a disidencia e insurrección.
Vásquez sería a la vez secretario general y presidente, pues entre los auxiliares hay de todo. Cualquier botica le quedaría corta. Ahora, lo contrario, el abrir la caja de las aspiraciones contenidas, sería una lucha de los demonios contra los infiernos. Adelantar el combate decisivo de los grupos, pues no sería un asunto de fulanito y zutanito, sino de Luis Abinader e Hipólito MejíaÖ
EL CASO MONTÁS.- El PLD no sale hasta ahora a la calle a defender a Temístocles Montás, ni se conoce de ninguna asamblea que lo proclame inocente. Su caso es diferente al de Andrés Bautista. Además, Montás hizo algo que no Bautista. Pidió baja como ministro de Industria y Comercio y suspensión como miembro del comité Político.
Esto es, entregó sus armas de reglamento, y decidió valerse por sí solo en el cuadrilátero. Ahora se tiene la apelación, pero antes que los abogados actuaran, él había asumido su causa incursionando en los medios públicos. Como político utiliza las armas de la política, y como responsable por años de la estrategia del partido, hace de su conocimiento un instrumento a su favor. Muchos terceros dan la cara por él, y lo hacen por todas las vías posibles. Medios de prensa, redes sociales y claques de calle. A esos fines ninguno de los otros encartados está mejor organizado que Montás.
CON TITIRITERO.- Una mentira repetida no se convierte en verdad, pero sí crea percepción. Igualmente, una percepción reforzada, convence. Las dos situaciones se dan con Temístocles Montás, sin que se sepa hasta el momento cuál ganará la partida.
Si la acusación del ministerio público o la defensa que la enfrenta por medios diversos. ¿Podría el tribunal colegiado que conocerá la apelación variar la coerción de Andrés Bautista y no la de Montás, considerando la condición política de ambos? ¿Qué significaría políticamente que las medidas fueran variadas y que los jueces no se quitaran las vendas, pero sí miraran por el rabillo del ojo, y como Salomón se plantearan partir en dos al niño y entregar una parte a cada madre partido? La apelación, el resultado, será un indicio de si la justicia se libra por sí misma o el viejo titiritero sigue haciendo de las suyas...
El PRM dedica tiempo y esfuerzo a defender a Bautista, realizando asambleas por todo el país, y su línea política de oposición dependerá de su suerte.
Una posición rara, pero real. Incluso parece que provoca mayor militancia la causa de Bautista que la convocatoria de convención. La verdad que la inclusión, sometimiento y detención de Bautista estropea un plan. Un plan considerado ideal, aun cuando afectaba la democracia interna. Se consideraba mejor amarrar un resultado que ponerse a loquear en un escrutinio de riesgos. Confirmar a Bautista era más conveniente que abrir esa olla de grillos que son los procesos internos de los perredeístas ahora devenidos en perremeístas.
DEMONIOS vs. INFIERNOS.- Si a Andrés Bautista le variaran la coerción, y fuera devuelto a la calle, podría reasumir sus funciones como si nada hubiera pasado. Supónganse lo que sería que fuera liberado de toda culpa. Pero si no, el PRM tiene que llamar a convención para la presidencia del partido, pues esa fórmula de Chu Vásquez secretario general asistidos por siete presidentes en funciones es un disparate político. E incluso podría dar lugar a disidencia e insurrección.
Vásquez sería a la vez secretario general y presidente, pues entre los auxiliares hay de todo. Cualquier botica le quedaría corta. Ahora, lo contrario, el abrir la caja de las aspiraciones contenidas, sería una lucha de los demonios contra los infiernos. Adelantar el combate decisivo de los grupos, pues no sería un asunto de fulanito y zutanito, sino de Luis Abinader e Hipólito MejíaÖ
EL CASO MONTÁS.- El PLD no sale hasta ahora a la calle a defender a Temístocles Montás, ni se conoce de ninguna asamblea que lo proclame inocente. Su caso es diferente al de Andrés Bautista. Además, Montás hizo algo que no Bautista. Pidió baja como ministro de Industria y Comercio y suspensión como miembro del comité Político.
Esto es, entregó sus armas de reglamento, y decidió valerse por sí solo en el cuadrilátero. Ahora se tiene la apelación, pero antes que los abogados actuaran, él había asumido su causa incursionando en los medios públicos. Como político utiliza las armas de la política, y como responsable por años de la estrategia del partido, hace de su conocimiento un instrumento a su favor. Muchos terceros dan la cara por él, y lo hacen por todas las vías posibles. Medios de prensa, redes sociales y claques de calle. A esos fines ninguno de los otros encartados está mejor organizado que Montás.
CON TITIRITERO.- Una mentira repetida no se convierte en verdad, pero sí crea percepción. Igualmente, una percepción reforzada, convence. Las dos situaciones se dan con Temístocles Montás, sin que se sepa hasta el momento cuál ganará la partida.
Si la acusación del ministerio público o la defensa que la enfrenta por medios diversos. ¿Podría el tribunal colegiado que conocerá la apelación variar la coerción de Andrés Bautista y no la de Montás, considerando la condición política de ambos? ¿Qué significaría políticamente que las medidas fueran variadas y que los jueces no se quitaran las vendas, pero sí miraran por el rabillo del ojo, y como Salomón se plantearan partir en dos al niño y entregar una parte a cada madre partido? La apelación, el resultado, será un indicio de si la justicia se libra por sí misma o el viejo titiritero sigue haciendo de las suyas...
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