EL LIBRO.- “Corrupción y cartelización de la
política en la República Dominicana”, de la autoría de Jacqueline
Jiménez Polanco, Dra. en Ciencias Políticas y Sociología de la UCM,
España, es una obra de unas 80 páginas, impresa en Berlín, y presentada
en el país en abril del año pasado, que entre otros temas presenta la
relación de los llamados “Papeles de Panamá” con la corrupción política
en nuestro país. Los Papeles de Panamá revelados por el Consorcio
Internacional de Periodistas de Investigación, representan la mayor
filtración
de datos sobre los paraísos fiscales, a partir de 11.5
millones de documentos del bufete de abogados panameños Mossack Fonseca,
especializado en gestionar capitales en paraísos fiscales. De las 214
mil compañías, fundaciones y sociedades “offshore” encontradas en las
filtraciones, 486 son dominicanas. De los más de 140 políticos y altos
funcionarios de todo el mundo involucrados, hay 57 clientes, 67
beneficiarios y 192 accionistas, dominicanos. Por alguna razón el único
funcionario o exfuncionario público mencionado en las notas es Diandino
Peña.
EL PEPCA DE PESCA.- Como ya se sabe, la embajada
estadounidense habría informado a las autoridades nacionales de la
existencia de las empresas a nombre del entonces director de la OPRET.
Pero sólo las de Diandino Peña. La preocupación de la Embajada sólo
llegó hasta el Metro, como el patriotismo nuestro a veces solo llega
hasta El Masacre. Mientras provocaron la dimisión de un primer ministro
en Islandia, las explicaciones de un primer ministro británico a la
Cámara de los Comunes, y hasta el actual Presidente argentino fue
sometido a investigación, en Dominicana los Panamá Papers nada
provocaron. Aquí “los papeles” fueron apenas papiros insignificantes,
motivo de modesta querella electoral con poco aspavientos, pues el tema
no es exclusivo de un partido sino la práctica -hasta ahora exitosa- de
una partidocracia insaciable y en aloque full, que ha perdido ya el
sentido del disimulo y del mínimo prigilio, en fin, ¡joder! que lo mucho
“hasta Dios lo ve”, e incluso lo ve el Imperio. Mientras tanto, el
Ministerio Público y su PEPCA -a pesar de que en abril 2016 la noticia
fue primera en todos los diarios nacionales- no invitó ni siquiera a un
buen café banilejo (of course) al Ing. Peña ni a tantos otros nombres de
los que aparecen en los papeles de la tierra de Rubén Blades y Rod
Carew.
EL REPORTAJE.- Así llegamos al reportaje de Alicia
Ortega, y a la torpeza del entrevistado quien, enterado desde hacía más
de un año de las filtraciones de los papeles que lo vinculaban, concedió
la entrevista para hablar de sus “actividades empresariales”, a pesar
del pesar panameño, ya dije. Sus respuestas a Ortega de Hasbún, que en
sus preguntas fue cordial, respetuosa y correcta, pero al mismo tiempo
firme y directa, no hicieron sino involucrarle más (caso de la
declaración jurada de sus bienes), y si faltaba poco, habiéndole
solicitado el presidente Medina la renuncia en la mañana del miércoles,
Peña aceptó la invitación del programa El Sol de la Mañana (yo no asisto
los jueves por condiciones contractuales), sin elaborar una sola
explicación convincente sobre lo ocurrido o denunciado. Mientras tanto,
la PEPCA del Ministerio Público una vez más se iba de pesca o camping y
nada decía de lo admitido por el funcionario, mientras Troya no ardía
pero sí ardían las redes sociales, que en este caso sustituyeron a los
medios tradicionales de comunicación y demostraron una vez más que “el
futuro era ayer, amor”.
LA DESTITUCIÓN Y DOS PREGUNTAS.- Si bien es una
prerrogativa constitucional del Presidente sustituir a cualquier
funcionario del Ejecutivo, uno, creyente firme en la presunción de
inocencia, hubiera preferido que ante las evidencias se hubiese
suspendido al director de OPRET y, de paso, se hubiese recordado al
PEPCA sus funciones. ¿Por qué el único paraíso fiscal denunciado fue el
de Panamá, y no los tantos otros fiscales paraísos primermundistas,
incluidos los que guardan las fortunas robadas por el nazismo y las más
abyectas satrapías? ¿Por qué entre decenas de funcionarios,
exfuncionarios o púbicos financiadores de campaña sólo se ha investigado
a Diandino Peña? Ese es un buen tema para la reflexión, debate y
discusión, pero en otro bulevar, porque este ha concluido, y don Miguel
Antonio Cabral lo está esperando hace rato. Con permiso.
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