Un activista de la “marcha verde” en la región Sur denunció que fue
asaltado y despojado de 60 mil pesos en efectivo que llevaba en el
bolsillo largo del pantalón para pagar el autobús que transportó desde
Barahona a los participantes en el desfile de Azua. Se trató, dijo
Benjamín Batista, de un ataque selectivo con fines terroristas para
amedrentar a los participantes en la protesta y para boicotear las
marchas convocadas en reclamo “del cese de la corrupción y contra la
impunidad”.
Ese día los robos en Azua fueron abundantes lo mismo que los
despojos de teléfonos celulares y otros actos de pillería comunes en
las manifestaciones políticas callejeras donde los carteristas
--“descuidistas”, les llama la Policía--, siempre hacen su agosto. Más
que el robo de los 60 mil pesos en efectivo y los celulares, tanto a
Batista como a otro activista de nombre Rafael Calderón, lo que llama la
atención de ese hecho es que un dirigente de Barahona confesara que
llevaba en el bolsillo esa suma de dinero para pagar el alquiler de un
autobús que trasladó gente de Barahona a Azua. Aunque se había dicho que
el acarreo de los manifestantes verdes se estaba llevando a cabo en
unos 300 autobuses alquilados, nadie podía imaginarse que uno solo de
ellos tuviera tan elevado costo. La ecuación elemental de multiplicar
300 autobuses por 60 mil pesos arroja el monto brutal de 18.0 millones
de pesos que estaría costando una operación de esa magnitud.
... Pero eso no es todo
Más costosa todavía es la propaganda y el “material de promoción” que se
utiliza para cada una de esas marchas. Se reparten veintenas de miles
de camisetas que no sólo hay que ordenar su fabricación y luego
enviarlas a imprimir, sino que también se entregan sombrillas,
cachuchas, viseras y otros materiales propagandísticos de alto coste que
deben ser financiados. Además, a los participantes se les entrega en el
autobús un kit conteniendo un emparedado, gaseosa y una botellita de
aguaÖ Y nada de eso les sale gratis a los organizadores de esas marchas
sino que tienen que cubrirlo con recursos propios y en efectivo que se
entregan varios días antes de la marcha a cada representante regional
para que los distribuyan entre los coordinadores provinciales y éstos, a
su vez, entre los activistas municipales. El material propagandístico
--mayormente cachuchas y camisetas, porque las sombrillas se entregan
con criterio selectivo--, comienzan a repartirse utilizando esa misma
estructura desde dos días antes de la marcha, y en algunos casos van
casa por casa para motivar a la gente a que participe. Es probable que
mucha gente ande preguntándose de dónde sale tanto dinero Y hay que
responderles: Pregúntenle a Sigfrido Pared, el director del DNI, que él
tiene toda esa información Y algunas más.
Por César Medina ;-
Lobarnechea1@hotmail.com
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