Sao Paulo;- El grupo brasileño Odebrecht anunció hoy que usará los recursos obtenidos con la venta de su filial de negocio ambiental al fondo de inversiones canadiense Brookfield, concluida este martes, para “superar la crisis” que atraviesa por su implicación en un escándalo de corrupción de escala internacional.
El grupo brasileño informó en un comunicado de que destinará
los 2.500 millones de reales (unos 800 millones de dólares) obtenidos
con la venta de su filial Odebrecht
Ambiental en “la ejecución de un plano de reestructuración empresarial”
y en la “recuperación progresiva de todos sus negocios”.
De acuerdo con el negocio anunciado en octubre pasado y concluido hoy, Brookfield asumirá el 70 % de las acciones de Odebrecht Ambiental que estaban en manos de Odebrecht, mientras que el 30 % restante del capital seguirá en manos del fondo FI-FGTS.
Además, Odebrecht
cerró un acuerdo con los mayores bancos brasileños para que los
recursos de la venta “no sean utilizados para el pago anticipado de las
deudas” con esas mismas entidades financieras.
Odebrecht, la mayor constructora de Brasil, es una de las empresas implicadas en el gigantesco caso de corrupción destapado en el seno de la petrolera estatal Petrobras.
Según comprobó la Fiscalía brasileña, Odebrecht y otras constructoras importantes del país obtenían contratos amañados con Petrobras,
inflaban los valores y repartían las diferencias entre directores de la
petrolera estatal y partidos políticos que amparaban la corrupción y legislaban a favor de estas empresas.
El pago de sobornos no se limitó a Brasil y se expandió de la mano de Odebrecht
por 12 países de Latinoamérica, incluido Brasil, y África, según
documentos publicados en diciembre por el Departamento de Justicia de
Estados Unidos.
El escándalo ha alcanzado a figuras importantes del panorama político de la región, pues hay una orden de captura contra el expresidente
peruano Alejandro Toledo, declarado prófugo, y salpicado al también
exmandatario peruano Ollanta Humala y a los actuales gobernantes de
Panamá, Juan Carlos Varela, y Colombia, Juan Manuel Santos, entre otros.
Además de pedir disculpas públicamente, Odebrecht
anunció en diciembre pasado la firma de acuerdos por los que se
comprometió a pagar multas por 6.959,4 millones de reales (unos 2.200
millones de dólares) a los Gobiernos de Estados Unidos, Brasil y Suiza
para compensar los actos ilícitos por los que se le investiga.
En paralelo, 77 exdirectivos firmaron un acuerdo de
colaboración con la Justicia en el que confesaron las prácticas
corruptas llevadas a cabo y a raíz del cual la Corte Suprema ha abierto
76 investigaciones contra casi 100 políticos brasileños con fuero
privilegiado, entre ellos ocho ministros del Gobierno del presidente
Michel Temer.
“No vamos a olvidar el pasado. Estamos pagando caro por
nuestros errores, pero estos acuerdos nos permiten invertir en la
liquidez y en la recuperación de los negocios de construcción e
infraestructura”, señaló el presidente de Odebrecht, Newton de Souza, citado en el comunicado.
Newton de Souza agregó que, tras el “impacto” que ha
provocado el escándalo, la “relación (del grupo) con el poder público no
volverá a ser la misma” ya que ahora tienen los instrumentos para
responder “a cualquier insinuación o amenaza de corrupción”.
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