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sábado, marzo 18, 2017

Follow the money

La investigación sobre los sobornos de Odebrecht ha tomado un curso interesante después que el actual presidente del Senado y secretario general del PLD, Reinaldo Pared, fue llamado a interrogatorio por el procurador general de la República, Jean Alain Rodríguez.
Porque detrás de él tienen que venir también los interrogatorios a Jesús Vásquez, Andrés Bautista y Ramón Alburquerque, tres de los principales dirigentes del PRM que más alto hablan y que también presidieron el Senado cuando Odebrecht se servía con la cuchara grande haciéndose aprobar con sobornos préstamos para obras sobrevaluadas.
Ellos también tendrán que aclarar muchos puntos oscuros no sólo con los primeros contratos de Odebrecht sobrevaluados en origen --como el acueducto del Noroeste y la Presa de Pinalito, para sólo citar dos--, sino algo peor aún: los addendums aprobados por el Senado para obras que terminaron sobrepasando su costo original hasta en casi un 200 por ciento.
Por supuesto, nada de eso quiere decir que los expresidentes del Senado Vásquez, Bautista y Alburquerque sean culpables de tales irregularidades porque el Senado es un órgano colegiado de responsabilidad compartida, pero esa misma lógica aplica también para Pared Pérez, a quien ninguno de ellos tres supera en seriedad y transparencia.
Lo deseable es que cuando sean también llamados a interrogatorios, esos dirigentes del PRM no aleguen persecución política --como suelen hacer ante cualquier picada de ojo--, y acudan a responder todas las preguntas que les tiene reservadas el Procurador, tal como hizo Pared Pérez que tuvo la iniciativa de pedir ser interrogado y que jamás invocó la inmunidad que le confiere su condición de legislador en ejercicio.
… La caja de Pandora
Ya nadie debe ignorarlo: lo que ha destapado el escándalo de Odebrecht es una caja de Pandora que sólo se sabe por dónde empezó, mas no cómo terminará… Una cosa trae la otra y una conexión arrastra otra conexión. Así ha sido en todos los países donde este entramado corrupto penetró las estructuras del Estado en base a sobornos y coimas.
Todo el mundo sabe que Odebrecht fue traída al país en 2001 en el gobierno de Hipólito Mejía a propósito de la construcción del acueducto de la Línea Noroeste, ganado en buena lid por la empresa también brasileña Andrade Gutiérrez, que finalmente tuvo que compartirla para no quedar fuera del reparto.
A partir de entonces, Odebrecht construyó las principales infraestructuras físicas del país, y aunque nadie discute la calidad de sus obras, está documentado que todas fueron sobrevaluadas.
¿Quiénes fueron presidentes del Senado entre 1998 y 2006? No es difícil averiguarlo.
Una ecuación simple
Existe un axioma que forma parte de la jerga de ingenieros constructores: toda obra de ingeniería civil es de fácil fiscalización porque un metro cuadrado de construcción tiene un costo inalterable. A partir de esa realidad, Odebrecht no puede ocultar las sobrevaluaciones de sus obras, y esas sobrevaluaciones dejaron un rastro: el dinero pagado en sobornos para su adjudicación y aprobación legal.
La investigación forense, en consecuencia, aplica otro axioma que se ha hecho universal y que lo reduce esta frase en inglés: “Follow the money”, algo tan simple como seguir la ruta del dinero… “La plata no se deshace sola: sale de unas manos, llega a otras manos y termina en una cuenta bancaria, así sea que en el camino haya sido lavada”.
“Siguiendo la punta del hilo se llega al ovillo”, dicen los catalanes en su refrán más que centenario que pudiera reducirse a lo mismo.
Lo que ignora la mayoría es que la Procuraduría ha aplicado esas enseñanzas para ubicar una buena parte del dinero recibido por debajo de la mesa… ¡casi 20 millones de dólares!
Por César Medina ;-
Lobarnechea1@hotmail.com

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