Ancianas que tienen que pedir permiso de sus hijos adolescentes para
viajar, rechazo a ser atendidas por un médico sin la compañía de un
varón y violencia doméstica son algunos de los dramas cotidianos de las
mujeres sauditas.
La monarquía absoluta
de Arabia Saudita es conocida por su estricta adherencia a las normas
del islam sunita. Una realidad que marca de manera especial la vida de
la población femenina. El diario 'The New York Times'
hizo una llamada a las mujeres del país para conocer de qué manera la
religión determina su experiencia cotidiana. 6.000 mujeres escribieron
al medio estadounidense.
Coincidían en su queja de que necesitan pedir
permiso a un hombre o contar con un acompañante del sexo masculino para
realizar numerosas tareas cotidianas.
Una
de las féminas, que se presentó como Rulaa de Riad, confesaba que
después de sufrir una emergencia médica mientras viajaba en un taxi la ambulancia se negó a llevarla al hospital
hasta que no llegara su "guardián del sexo masculino". Según relató, el
retraso le hizo "perder mucha sangre" y estuvo cerca de morir.
Otra
mujer de Riad, de nombre Sarah, admitió que tiene que pedir permiso a
su hijo adolescente cada vez que quiere viajar. Y ello a pesar del hecho
de que la mujer es doctora y tiene 42 años. "Es como si viviera
esposada y la sociedad, las leyes, la gente [estuvieran] en nuestra
contra", afirmó otra fémina, Bashayr, de la ciudad de Al Hasa. Por la
misma razón, escribió, "la mayoría de las mujeres elige casarse poco después de cumplir los 20 años, como una forma de escapar".
No
son los únicos quebraderos de cabeza cotidianos que sufren las mujeres
en la monarquía árabe. Otras mujeres relataron haber sufrido violencia
física. En este sentido, Al Qahtaniya, de Riad, reveló al diario
estadounidense que tras ir "a una librería sin el permiso de su esposo" a
su hermana este "la golpeó sin cesar".
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