ADIVINANZA. El Senado haría lo
que nunca se ha hecho si cambia la Junta Central Electoral de arriba
abajo, como demandan los partidos de oposición. La costumbre hasta ahora
es dejar uno que otro o reciclar antiguos miembros, a manera de
conservar memoria institucional y que los nuevos titulares no partan de
cero. Continuidad del Estado, tal vez. Un poco de historia, pues. En el
2002 un Senado mayoritariamente perredeísta confirmó tres, incluyendo al
presidente de entonces: Manuel Ramón Morel Cerda, y a Luis Arias y
Salvador Ramos. En el 2006 se ratificó a Roberto Rosario, aunque
cambiándolo de área, y se escogieron a dos que habían pertenecido a una
gestión anterior: Julio César Castaños (designado presidente) y Aura
Celeste Fernández.
La última vez, esto es, en el 2010, elevaron a Rosario a la presidencia y se mantuvo a José Ángel Aquino, Francisco Félix y Eddy Olivares.
La nueva fue Rosario Graciano. Se sabe que la JCE no será renovada completa, pero en caso de que dejen a uno o a dos (que se inscribieron y fueron examinados) ¿Cuáles serían? Adivina, adivinador…
LOS VIENTOS, LOS COCOS. El problema de la oposición es que sus acciones de calle o sus actividades bajo techo la suda, la acerca al altar y comparte simpatías con sectores diversos, pero no inquieta al gobierno. Los organismos de inteligencia están atentos, llevan el día a día, y parece que sus informes se reducen a una sola impresión: las actuales movilizaciones no son vientos que tumben cocos. Los estrategas oficialistas mantienen el mismo ánimo, no existen razones para alterarlo, y esperan que se muera el caballo, pues el rey goza de muy buena salud. Los reportes de los organismos y entidades internacionales son de enfermedad terminal, pero cuando el médico es de confianza, de tanto agrado confunde. No solo el Banco Central, que es de la casa, sino también el BID, de visita ocasional. Si no preocupa la economía, cuyas repercusiones tienden a ser malas, ¿por qué la política, que es un mar muerto que ni ola provoca? La paciencia no es la de Job, pero la circunstancia no es de apremio. Más que fácil es darse cuenta de que los pasos de baile no son los adecuados, o que con esos movimientos de pies no ganará concurso…
FÁBULAS, CONJETURAS. Aunque la cuestión tiene otras vueltas. Por ejemplo: se habla de acercamientos oficiosos entre gente del oficialismo y de la oposición, pero a falta de hechos reales la política se alimenta de fábulas.
Y los políticos dominicanos son débiles por las conjeturas.
Si no fuera por los inventos, una capacidad común a todos, se aburrirían a morir. Los estrategas oficialistas, en cambio, creen pisar terreno firme cuando consideran tres posibles situaciones, y tienen para cada una tratamientos diferentes. Una es que se cansen o que no haya entidad o instancia o población a la cual acudir. Andar todo el interior, provincia por provincia o municipio por municipio, como se hizo en la pasada campaña electoral, no es una tarea que aliente. Fue noble ir a Santiago y permitir a Fray Máximo celebrar misa y consagrarse políticamente como hacía en la iglesia de Las Mercedes, en la capital.
Pero ¿dónde más hay Capuchinos? ¿Con qué otro cura de pueblo se tiene deuda ?...
LAS CONTRADICCIONES. Otra situación sería que se produjeran contradicciones entre los partidos que integran el Bloque Opositor, una circunstancia que no puede descartarse conociendo los egos o los temperamentos, o de los dirigentes o de las organizaciones. Esta sería una apuesta a más largo plazo, pero que ya está hecha. Gente que anduvo separada, y que se juntó con un propósito, podría volver a su antiguo rumbo, o porque se haya superado la prueba o fracasada la empresa. Y ambas posibilidades caminan delante como guías. Los riesgos eran previsibles, pero más pudo el interés político ocasional que el fundamento ideológico permanente. No se distingue bien si cimarrones o mansos, todos, pero sí que habrá cimarrones a los que se les hará difícil recuperar su ropaje de manso. Y finalmente, el inicio de lucha interna en el PRM. Cuando esa confrontación arranque, o sea más viva, no habrá cabeza que piense en otra cosa que no sea asegurar la candidatura. Los recorridos de Luis Abinader van en esa dirección, y no se sabe públicamente, pero la gente de Hipólito Mejía ya tiene hasta un spot en Estados Unidos…
La última vez, esto es, en el 2010, elevaron a Rosario a la presidencia y se mantuvo a José Ángel Aquino, Francisco Félix y Eddy Olivares.
La nueva fue Rosario Graciano. Se sabe que la JCE no será renovada completa, pero en caso de que dejen a uno o a dos (que se inscribieron y fueron examinados) ¿Cuáles serían? Adivina, adivinador…
LOS VIENTOS, LOS COCOS. El problema de la oposición es que sus acciones de calle o sus actividades bajo techo la suda, la acerca al altar y comparte simpatías con sectores diversos, pero no inquieta al gobierno. Los organismos de inteligencia están atentos, llevan el día a día, y parece que sus informes se reducen a una sola impresión: las actuales movilizaciones no son vientos que tumben cocos. Los estrategas oficialistas mantienen el mismo ánimo, no existen razones para alterarlo, y esperan que se muera el caballo, pues el rey goza de muy buena salud. Los reportes de los organismos y entidades internacionales son de enfermedad terminal, pero cuando el médico es de confianza, de tanto agrado confunde. No solo el Banco Central, que es de la casa, sino también el BID, de visita ocasional. Si no preocupa la economía, cuyas repercusiones tienden a ser malas, ¿por qué la política, que es un mar muerto que ni ola provoca? La paciencia no es la de Job, pero la circunstancia no es de apremio. Más que fácil es darse cuenta de que los pasos de baile no son los adecuados, o que con esos movimientos de pies no ganará concurso…
FÁBULAS, CONJETURAS. Aunque la cuestión tiene otras vueltas. Por ejemplo: se habla de acercamientos oficiosos entre gente del oficialismo y de la oposición, pero a falta de hechos reales la política se alimenta de fábulas.
Y los políticos dominicanos son débiles por las conjeturas.
Si no fuera por los inventos, una capacidad común a todos, se aburrirían a morir. Los estrategas oficialistas, en cambio, creen pisar terreno firme cuando consideran tres posibles situaciones, y tienen para cada una tratamientos diferentes. Una es que se cansen o que no haya entidad o instancia o población a la cual acudir. Andar todo el interior, provincia por provincia o municipio por municipio, como se hizo en la pasada campaña electoral, no es una tarea que aliente. Fue noble ir a Santiago y permitir a Fray Máximo celebrar misa y consagrarse políticamente como hacía en la iglesia de Las Mercedes, en la capital.
Pero ¿dónde más hay Capuchinos? ¿Con qué otro cura de pueblo se tiene deuda ?...
LAS CONTRADICCIONES. Otra situación sería que se produjeran contradicciones entre los partidos que integran el Bloque Opositor, una circunstancia que no puede descartarse conociendo los egos o los temperamentos, o de los dirigentes o de las organizaciones. Esta sería una apuesta a más largo plazo, pero que ya está hecha. Gente que anduvo separada, y que se juntó con un propósito, podría volver a su antiguo rumbo, o porque se haya superado la prueba o fracasada la empresa. Y ambas posibilidades caminan delante como guías. Los riesgos eran previsibles, pero más pudo el interés político ocasional que el fundamento ideológico permanente. No se distingue bien si cimarrones o mansos, todos, pero sí que habrá cimarrones a los que se les hará difícil recuperar su ropaje de manso. Y finalmente, el inicio de lucha interna en el PRM. Cuando esa confrontación arranque, o sea más viva, no habrá cabeza que piense en otra cosa que no sea asegurar la candidatura. Los recorridos de Luis Abinader van en esa dirección, y no se sabe públicamente, pero la gente de Hipólito Mejía ya tiene hasta un spot en Estados Unidos…
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