INVENTO, TRAMPA.- El gobierno acaba de inventar el
hielo en cuadrito, aunque no lo dice ni lo patentiza. La dirección del
Bloque Opositor no está en manos del PRM, como sería lógico, sino del
PRSC, que se suponía satélite.
La voz cantante no es la de Luis Abinader, ni Andrés Bautista ni
Jesús Vásquez, sino la de Quique Antún. ¡Y sorpréndanse! La de Max Puig.
La sociedad civil iba bien hasta que asumió un pedido de los
reformistas.
La de que el presidente Danilo Medina salve el diálogo.
Los reformistas quieren a los empresarios en el medio o de por medio,
pues son más beligerantes que Agripino Núñez, quien levanta la hostia y
la consagra, pero no se la pone en la boca a nadie. Que cada cual en la
misa la tome en sus manos y la mastique o deje que se disuelva en la
lengua. Los estrategas oficialistas por igual detectan una trampa. El
reclamo parece noble, pero solo en apariencia.
La realidad es otra. Se busca que el jefe de Estado burle la
Constitución, altere los poderes establecidos e imponga un orden que
violente la institucionalidad. Después que haga una cosa, tendrá que
hacer la otra, y la otra, y no habrá defensa posible…
FILO EN SU GARGANTA.- El presidente Danilo Medina
estuvo por la ONU, y no bien llega, y sin deshacer maleta, viaja a
Colombia. No se sabe por tanto si discute de viva voz con sus estrategas
lo que se lee en los periódicos de estos días. El reclamo de los
reformistas de que salve el diálogo asumiéndolo, y que endosan los
empresarios sin medir las consecuencias. Y ya no políticas, sino
institucionales. Lo que se quiere es que el 62% del mandatario en las
pasadas elecciones no valga para nada, que con su voluntad anule ese
resultado, que siga gobernando de manera ilegítima, pero que haga
posible que poderes públicos como la Junta Central Electoral, Tribunal
Superior Electoral y Cámara de Cuentas sean de signo contrario.
Respondan más a la oposición que al gobierno, haciendo de contrapeso y
creando un admirable equilibrio. Lo que se busca y se lograría, si
accede, sería halar al gobernante para lo hondo. Y que en la práctica se
dé lo que no se pudo en la consulta de mayo pasado: que la oposición
sea poder real y confiable…
¿LLAVE O CANDADO?.- Habrá que ver, y eso tampoco se
sabe, si Agripino Núñez está convencido de que esa sería la llave del
candado que por ahora cierra el diálogo, de si estaría en ánimo de subir
las escalinatas del Palacio Nacional y convencer al jefe de Estado de
que juegue el papel que le asignan los reformistas y los empresarios.
Aunque de seguro, si no lo exige el exrector, lo demandará el
gobierno. Deberá resolverse una contradicción más que ostensible. Los
empresarios fueron a la Casa de Gobierno, casi en fila, a reconocer su
triunfo en los pasados comicios, y si se quiere, a reforzar su
legitimidad. Lo que hasta ahora no hace el Bloque Opositor, que denunció
fraude colosal. ¿Cómo pueden los empresarios, que consideran al
gobierno de Danilo Medina legítimo, andar de la mano de los partidos de
oposición, que creen lo contrario? El costo no es el mismo, y podría
serlo si los empresarios dijeran peso y medio y los partidos uno
cincuenta. De manera que una cosa es cada escena y otra todo el
escenario…
CUADRO REAL.- La contradicción parece cosa fácil, y
no lo es. Es más, resolverla, eliminarla, recrearía un cuadro en que la
confrontación no sería lo más importante.
Permitiría saber quién controla o dirige a quién. Los políticos a los empresarios o los empresarios a los políticos.
Una situación que intriga al gobierno. Por ejemplo, los estrategas
oficialistas no saben que la reunión del Bloque Opositor con los
empresarios fue una consecuencia lógica, natural, del encuentro que días
antes tuvo lugar entre representantes de la sociedad civil y los
comisionados del PLD, en presencia de monseñor Agripino Núñez. La
cuestión es que si se les dijo a unos, había que por igual decir a los
otros. Solo que no es lo mismo robarse la segunda que la tercera, y
menos el home. Ese es el problema de los empresarios, quieren jugar sin
ponerse los uniformes, y la camiseta se les nota por debajo de la
camisa, o que aunque se voltean la gorra, con lo de atrás para alante,
como los catchers, el color siempre es el mismo. Tienen que agacharse
con mayor decencia y no dejarse ver la ropa interior…
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