Para mañana en la noche están convocados los
miembros del Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana a
su primera reunión después de la victoria del pasado 15 de mayo en medio
de un pugilato inédito en el boschismo ortodoxo, con declaraciones
incendiarias, rumores, tensiones, decires maliciosos y con meses sin
verse las caras.
Oficialmente no se tienen detalles de la agenda, pero se antoja predecible que además de tratar sobre la conformación de los bufetes directivos de los cuerpos legislativos, el CP por lo menos iniciará una evaluación seria y profunda del pasado proceso electoral… Una evaluación que los propios dirigentes peledeistas estiman urgente para preservar la unidad y la fortaleza institucional de su partido.
Se hace necesario --según se observa desde la periferia del oficialismo, aclarar todo lo relativo a las denuncias y quejas sobre supuestas “traiciones” y trapacerías entre peledísta en las pasadas elecciones.
Han pasado casi dos meses y el asunto se sale de control con expulsiones masivas y juicios sumarios en algunas provincias y municipios donde dirigentes locales se culpan recíprocamente de derrotas o desempeños por debajo de lo esperado.
El CP debe evaluar estas denuncias, pero hacerlo al margen de pasiones o intereses personales o grupales. Sus estatutos establecen claramente cuál es el procedimiento a seguir: conformar comisiones de disciplina en cada demarcación para que investiguen las denuncias; escuchar a las partes y a partir de las evidencias hacer los informes para que actué una comisión nacional en casos de necesidad.
Esa, por lo menos, ha sido norma y tradición. Lo otro podría resultar una cacería de brujas… No deben olvidar que en el pasado proceso se produjo un secuestro de los procesos democráticos como consecuencia del pacto del Comité Político para hacer posible la reelección de Danilo y que fue causa de deserciones y confrontaciones por rivalidades locales.
Hubo lugares donde dirigentes meritorios decidieron asumir candidaturas en partidos aliados ante el tranque que supuso ese pacto que prácticamente impidió la competencia interna para garantizar las nominaciones a casi todos los legisladores y alcaldes municipales.
Higu¨ey y Pedro Brand son dos ejemplos de lugares donde dirigentes peledeístas fueron en boletas de aliados: contrariaron decisiones partidarias, pero también demostraron con sus votos que cuentan con apoyos sólidos en sus comunidades… En los casos con ese perfil, el PLD debe ser reflexivo y pensar si le conviene perder definitivamente esos liderazgos o si les pudieran aplicar sanciones menos drásticas que la expulsión... Que no es el caso de quienes cruzaron a la acera del frente, como en Azua, Peravia y Santo Domingo Oeste.
En otros lugares se dice que algunos dirigentes motivados por diferencias personales apoyaron por lo bajo otras candidaturas en perjuicio de los intereses de su partido.
En esos casos el CP debe andar con buen juicio para no dejarse arrastrar por las quejas de gente que perdió y busca justificar la derrota.
Debe investigarse cada caso en particular para sancionar si hay méritos… Pero evitar injusticias con dirigentes que hicieron todo cuanto estuvo a su alcance por su partido y a quienes ahora se pretenden convertir en chivos expiatorios de candidatos que no prendieron o que fueron castigados por sus respectivas comunidades.
Si no se ha perdido aún el más elemental olfato político y el sentido de la oportunidad, lo que debería ocupar la principalía en la agenda del CP es la definición de una estrategia para ofrecer respuestas contundentes a las tratativas de la oposición, de sus adláteres mediáticos y de la sociedad civil, para desacreditar e ilegitimar la contundente victoria electoral de Danilo Medina.
Un partido que obtuvo más del 60 por ciento de los votos a todos los niveles no debe permitir que se le cuestione su triunfo tachándolo de fraudulento o que se descalifique el sistema electoral con el cual ganaron las elecciones, como pretenden candidatos perdedores y grupos de la sociedad civil.
Pero en el peledeísmo las querellas internas y la lucha por espacios de poder están provocando estrabismo en su liderazgo que les impide advertir lo que realmente se busca con ese denuncismo incivil: se sabe que Danilo no era el candidato de ciertos grupos de presión en el país, que al igual que sectores de incidencia geopolítica recelan del poder acumulado por el PLD y no verían con malos ojos un cambio de la correlación de fuerzas en el país...
… Un gobierno con legitimidad y capital político constituye un problema grande para gente dentro y fuera del país que ansía mayor incidencia en la definición de políticas públicas, sobre todo cuando el país se aboca a discutir los pactos fiscal y eléctrico… Por eso tratan de extrapolar de alguna forma el caso brasileño.
Y aunque el sistema político dominicano tiene características muy diferentes y, por tanto, la experiencia del Brasil no puede compararse jamás con la República Dominicana, no estaría de más que el PLD se mire en el espejo del Partido de los Trabajadores de Lula y Dilma para comprender el verdadero origen del ataque al partido que ha gobernado 20 de los últimos 24 años. La tarea inmediata del PLD debería ser defender su triunfo electoral...
¡... Totalmente legitimo!
Por Óscar Medina ;-
Oficialmente no se tienen detalles de la agenda, pero se antoja predecible que además de tratar sobre la conformación de los bufetes directivos de los cuerpos legislativos, el CP por lo menos iniciará una evaluación seria y profunda del pasado proceso electoral… Una evaluación que los propios dirigentes peledeistas estiman urgente para preservar la unidad y la fortaleza institucional de su partido.
Se hace necesario --según se observa desde la periferia del oficialismo, aclarar todo lo relativo a las denuncias y quejas sobre supuestas “traiciones” y trapacerías entre peledísta en las pasadas elecciones.
Han pasado casi dos meses y el asunto se sale de control con expulsiones masivas y juicios sumarios en algunas provincias y municipios donde dirigentes locales se culpan recíprocamente de derrotas o desempeños por debajo de lo esperado.
El CP debe evaluar estas denuncias, pero hacerlo al margen de pasiones o intereses personales o grupales. Sus estatutos establecen claramente cuál es el procedimiento a seguir: conformar comisiones de disciplina en cada demarcación para que investiguen las denuncias; escuchar a las partes y a partir de las evidencias hacer los informes para que actué una comisión nacional en casos de necesidad.
Esa, por lo menos, ha sido norma y tradición. Lo otro podría resultar una cacería de brujas… No deben olvidar que en el pasado proceso se produjo un secuestro de los procesos democráticos como consecuencia del pacto del Comité Político para hacer posible la reelección de Danilo y que fue causa de deserciones y confrontaciones por rivalidades locales.
Hubo lugares donde dirigentes meritorios decidieron asumir candidaturas en partidos aliados ante el tranque que supuso ese pacto que prácticamente impidió la competencia interna para garantizar las nominaciones a casi todos los legisladores y alcaldes municipales.
Higu¨ey y Pedro Brand son dos ejemplos de lugares donde dirigentes peledeístas fueron en boletas de aliados: contrariaron decisiones partidarias, pero también demostraron con sus votos que cuentan con apoyos sólidos en sus comunidades… En los casos con ese perfil, el PLD debe ser reflexivo y pensar si le conviene perder definitivamente esos liderazgos o si les pudieran aplicar sanciones menos drásticas que la expulsión... Que no es el caso de quienes cruzaron a la acera del frente, como en Azua, Peravia y Santo Domingo Oeste.
En otros lugares se dice que algunos dirigentes motivados por diferencias personales apoyaron por lo bajo otras candidaturas en perjuicio de los intereses de su partido.
En esos casos el CP debe andar con buen juicio para no dejarse arrastrar por las quejas de gente que perdió y busca justificar la derrota.
Debe investigarse cada caso en particular para sancionar si hay méritos… Pero evitar injusticias con dirigentes que hicieron todo cuanto estuvo a su alcance por su partido y a quienes ahora se pretenden convertir en chivos expiatorios de candidatos que no prendieron o que fueron castigados por sus respectivas comunidades.
Si no se ha perdido aún el más elemental olfato político y el sentido de la oportunidad, lo que debería ocupar la principalía en la agenda del CP es la definición de una estrategia para ofrecer respuestas contundentes a las tratativas de la oposición, de sus adláteres mediáticos y de la sociedad civil, para desacreditar e ilegitimar la contundente victoria electoral de Danilo Medina.
Un partido que obtuvo más del 60 por ciento de los votos a todos los niveles no debe permitir que se le cuestione su triunfo tachándolo de fraudulento o que se descalifique el sistema electoral con el cual ganaron las elecciones, como pretenden candidatos perdedores y grupos de la sociedad civil.
Pero en el peledeísmo las querellas internas y la lucha por espacios de poder están provocando estrabismo en su liderazgo que les impide advertir lo que realmente se busca con ese denuncismo incivil: se sabe que Danilo no era el candidato de ciertos grupos de presión en el país, que al igual que sectores de incidencia geopolítica recelan del poder acumulado por el PLD y no verían con malos ojos un cambio de la correlación de fuerzas en el país...
… Un gobierno con legitimidad y capital político constituye un problema grande para gente dentro y fuera del país que ansía mayor incidencia en la definición de políticas públicas, sobre todo cuando el país se aboca a discutir los pactos fiscal y eléctrico… Por eso tratan de extrapolar de alguna forma el caso brasileño.
Y aunque el sistema político dominicano tiene características muy diferentes y, por tanto, la experiencia del Brasil no puede compararse jamás con la República Dominicana, no estaría de más que el PLD se mire en el espejo del Partido de los Trabajadores de Lula y Dilma para comprender el verdadero origen del ataque al partido que ha gobernado 20 de los últimos 24 años. La tarea inmediata del PLD debería ser defender su triunfo electoral...
¡... Totalmente legitimo!
Por Óscar Medina ;-
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