Todo el mundo sabe lo que va a pasar en las elecciones del domingo:
Danilo Medina ganará ampliamente y gobernará por otros cuatro años...
Pero como la parte más incivil de la oposición sabe que va a perder,
trata de boicotear el proceso sin pensar que comete un atentado a la
institucionalidad democrática y a la paz social.
Ese liderazgo opositor sabe bien que Danilo no necesita hacer fraude
--ni electrónico, ni manual--, porque lo favorece la alta valoración de
su gobierno por el optimismo que despierta en la gente su sencillez y
humildad y el carácter cercano de su gestión.
Además, en estos 4 años la economía dominicana ha crecido con tanta
robustez que constituye un ejemplo en una región donde casi todos los
países “nataguean” en medio de una crisis generalizada que provoca
desconcierto e incertidumbre.
El presidente Medina está cosechando los frutos de los planes
sociales y las ayudas e impulsos a los pequeños y medianos negocios en
sectores rurales y urbanos. Las estadísticas demuestran que cerca de un
millón de dominicanos salieron de la pobreza en estos cuatro años y se
han creado más de 400 mil empleos directos.
El programa de visitas sorpresa ha catapultado la popularidad del
presidente Medina que, además, ha sido prolífico en obras de
infraestructura en todo el país y que cuenta, como “joya de la corona”,
con una transcendental inversión en el sector educativo...
...Que no solo por la asignación del 4 por ciento del PIB, mérito que
reclaman los adversarios al PLD enquistados en la sociedad civil, sino
por el significado que tiene la tanda extendida y el almuerzo escolar
para cientos de miles de familias para quienes esas transferencias
sociales suponen un promedio de unos 18 mil pesos mensuales por cada
muchacho en edad escolar. Y que son el resultado de la visión y las
políticas de lucha contra la pobreza implementadas por el presidente
Medina.
En adición, a Danilo hay que sumarle la buena suerte de tener una
oposición incompetente e inútil y en frente a un candidato sin carisma y
sin ideas y carente de estrategias políticas y electorales, cuando no
torpes y deficientes. Y --como si faltara más--, abusivamente
irresponsable.
Solo en un escenario como ése podría explicarse el descerebrado
intento de boicotear el proceso electoral y generar dudas sobre su
legitimidad. Sabiéndose derrotados, ni siquiera hacen el mínimo esfuerzo
para introducir al debate temas de fondo que en un último intento
puedan modificar la correlación de fuerzas. En cambio, se pelean con el
árbitro tratando de crear una crisis en torno al escrutinio electrónico.
Sin importar cómo cuenten los votos --uno a uno o de 10 en 10, a
mano, con ábaco o con máquinas digitales--, el resultado será el mismo.
Por eso no les interesa la transparencia en el conteo, sino caotizar el
proceso. La intención es hacer uso del tigueraje asociado a los
sindicatos choferiles y a grupos de la izquierda para incidentar y
boicotear el proceso... Y para sorpresa de todo el país, han sumado como
socios de su despropósito a la Fuerza Nacional Progresista, el partido
de Vincho Castillo.
Los piquetes y marchas en torno a la sede de la Junta Central
Electoral tienen la intención de provocar reyertas con la ley o
agenciarse un muerto para justificar un retiro, alegando que no
asistirán a “un matadero electoral” organizado por un árbitro represivo.
Y si llegan a las elecciones, el plan pasa por sabotear el proceso de
escrutinio y prolongarlo para ganar tiempo y ampararse en la
nocturnidad para movilizar a sus facinerosos alrededor de los recintos
electorales y provocar incidentes violentos. Esa es la razón por la que
ahora exigen conteo manual... Olvidando convenientemente que el
escrutinio electrónico se consensuó con los partidos hace más de dos
años y que su implementación costó millones de dólares.
Además, el escrutinio electrónico se asumió a pedido de muchos de
esos partidos pequeños que hoy la objetan. Por eso la Junta no puede
ceder a las presiones y debe mantenerse firme en sus decisiones. Sus
miembros están informados de la trama y tienen constancia de que el
objetivo es crear condiciones para incidentar, violentar y deslegitimar
las elecciones.
Por eso es importante que la JCE continúe recibiendo apoyo de los
sectores sensatos de la sociedad y del cuerpo de observadores
internacionales... Ellos saben que estos escarceos constituyen las
clásicas pancadas de ahogado --como les llamamos por aquí--, de algunos
irresponsables que piensan que el país se acaba el 15 de mayo...
Por Oscar Medina ;-
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