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lunes, marzo 28, 2016

El gallo en la funda

Ante la enorme ventaja del Presidente Danilo Medina, el único camino que le queda a esta oposición díscola, dispersa y sin discurso es la posibilidad de extender su denuncismo insustancioso y pueril hasta las elecciones del 15 de mayo para intentar ilegitimar sus resultados.
Tiene tiempo armando un expediente y para eso se vale de cualquier denuncia hueca y observaciones inconsistentes y sesgadas. Argumenta que existe desproporción en la propaganda, que el acceso a los medios es inequitativo, y repite la cantinela de siempre: la acusación, sin pruebas, “del uso y abuso de fondos públicos”...
Como ha despertado de un sueño con pesadilla, la oposición va rumbo a otra derrota de parte del Partido de la Liberación Dominicana y fuerzas aliadas. El castillo de naipes que construyó comenzó a derrumbarse desde que Danilo anunció que exploraría la posibilidad de reelegirse después de navegar tres años sin oposición, mientras ella, la oposición, dirigía sus cañones a Leonel Fernández, a quien habían elegido como adversario y a quien intentó “hacer añicos” incluso desde antes del cambio de mando en agosto del 2012.
Pero al mismo tiempo en que el PLD superaba el difícil trance interno que supuso la modificación constitucional, los estrategas de la oposición veían colapsar el nonato proyecto de “La Convergencia” y a la principal opción opositora lanzarse en brazos de los reformistas --la fuerza mas desacreditada del sistema--, cerrando definitivamente cualquier posibilidad de un acuerdo entre las opciones alternativas en cualesquiera de los niveles de elección.
Y entonces, en lugar de construir un discurso, presentar una propuesta o aferrarse a una idea, la oposición desaprovecho los meses apostando a un escándalo de corrupción que nunca llegóÖ Un denuncismo al que continúa aferrada a pesar de que raya en el ridículo.
En el lenguaje de los cazadores, a eso se le llama “vender la piel antes de cazar el oso”, y así pasó la oposición meses especulando con una supuesta caída del Presidente Medina y un ascenso vertiginoso de Luis Abinader, sólo para encontrarse con la tozuda realidad desde el mismo momento en que, a principio de año, se dio a conocer la primera encuesta con un mínimo de credibilidad y se confirmó que la reelección continúa bordeando el 60 por ciento mientras Abinader no llega ni a empujones al treinta y cinco.
Por supuesto, ante la evidencia de una derrota aplastante en una única vuelta, a esta insípida oposición sólo le queda dedicarse a desmeritar y cuestionar la legitimidad del previsible triunfo de Danilo Medina y de la mayoría de los candidatos oficialistas.
En procura de ese propósito moviliza sus medios afines tanto en el país como en el extranjero. Los análisis y artículos periodísticos de sus principales enclaves en la prensa dan por hecho el triunfo del “PLD-Estado”, pero con toda la mala fe del mundo lo atribuye a “la desproporción de recursos y de medios”.
Es la misma línea de sus apéndices de la sociedad civil que incluso encontraron una formula “mágica” para calcular con precisión milimétrica las cifras del gasto del gobierno en promoción y propaganda.
Sus lobistas preparan la ofensiva con recortes periodísticos sobre “informes de observación electoral” en espera de que algún amigo miembro de un “Think Tank” les dedique un articulo, un reportaje o una declaración cuestionando la legitimidad de las elecciones dominicanas...
... El problema es que nunca cuentan con la astucia de Danilo, quien en cada ocasión en que la oposición salta con una de sus denuncias, adopta medidas para desarmar sus argumentos.
Les “tumbó el expediente” cuando dispuso la suspensión de nombramientos, la creación de puestos y los aumentos de sueldos hasta que concluya el periodo electoral; prohibió el uso de vehículos oficiales en manifestaciones políticas y ordenó la incautación de los que sean sorprendidos en actividades proselitistas... Y ahora con la suspensión de la publicidad gubernamental.
El Presidente lo ha dicho en diversas ocasiones: no necesita usar recursos públicos para ganar las elecciones.
Su trabajo de cuatro años le ha supuesto niveles de aprobación que superan el 70 por ciento y su intención de votos prácticamente dobla a su principal perseguidor... Una diferencia simplemente imposible de salvar en apenas cincuenta días.
Y si de recursos se trata, las recaudaciones abundan como nunca en una campaña reeleccionista, la mayor parte proveniente de un sector empresarial que apuesta a la continuidad de una gestión de logros ostensibles y que ha resultado beneficiosa para la paz social y la economía dominicana.
Con la restricciones autoimpuestas, Danilo esta haciendo en su reelección lo que nunca se había hecho: matándole el gallo en la funda a la oposición...
¡... A veces, incluso, antes de salir de la traba!
Por Oscar Medina ;-

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