La llegada de Emilio Rivas, del Moda, a la dirección
general de Bienes Nacionales, es la señal más clara de que las viejas
relaciones del PLD y el PQDC, y su líder Elías Wessin Chávez, llegaron a
un punto muerto y sin posibilidad de retorno, con miras al proceso
electoral del 2016.Y aunque Elías esperó un tiempo por un llamado de
“las alturas”, y hasta llegó a decir que con quien le interesaba ir
aliado era con el partido morado, se habla de que ha iniciado
conversaciones con el PRM y el proyecto de Luis Abinader.
Por el enfriamiento de las relaciones del titular del PQDC con Palacio, ya el director de Bienes Nacionales hasta el día 24, Emerson Soriano, había creado un movimiento de respaldo al presidente Danilo Medina. Emerson, que hizo una administración serena y que proyectaba esfuerzos por la transparencia, pidió al ministro José del Castillo, que fue a poner en posesión a Rivas, que hicieran el acto de traspaso a la entrada de la institución, frente a todo el personal, y luego pasar al Despacho (aunque se le encomendó la tarea al ministro de Industria y Comercio, correspondía encabezar el acto al titular de Hacienda, Simón Lizardo, que es uno de los funcionarios con mayor responsabilidad en el Estado).
Aunque el saliente director -designado asesor del Ejecutivo en materia de titulación- encontró ahí al personal que lo despedía, las lágrimas en los ojos de buena parte de los servidores presentes es indicativo de que el hombre se ganó el aprecio de sus subalternos. Que sepamos, la causa del “enfriamiento” de las relaciones PLD-PQDC se inician cuando Elías, ya exonerado por la justicia de un expediente de la Cámara de Cuentas, quería volver a Bienes Nacionales, por una cuestión elemental de reivindicación de la imagen, pero “arriba” hubo su objeción.
En efecto, se le observó que no había problema con el cargo para el PQDC, viejo aliado, pero que habría que poner a un hermano suyo o a otro dirigente del Partido que sugiriera, pero no el de nuevo. Al parecer por la misma razón de imagen, para evitar comentarios, el presidente Medina se habría querido curar en salud. Y de ahí todo el “tranque” o el “truño” derivado.
Por el enfriamiento de las relaciones del titular del PQDC con Palacio, ya el director de Bienes Nacionales hasta el día 24, Emerson Soriano, había creado un movimiento de respaldo al presidente Danilo Medina. Emerson, que hizo una administración serena y que proyectaba esfuerzos por la transparencia, pidió al ministro José del Castillo, que fue a poner en posesión a Rivas, que hicieran el acto de traspaso a la entrada de la institución, frente a todo el personal, y luego pasar al Despacho (aunque se le encomendó la tarea al ministro de Industria y Comercio, correspondía encabezar el acto al titular de Hacienda, Simón Lizardo, que es uno de los funcionarios con mayor responsabilidad en el Estado).
Aunque el saliente director -designado asesor del Ejecutivo en materia de titulación- encontró ahí al personal que lo despedía, las lágrimas en los ojos de buena parte de los servidores presentes es indicativo de que el hombre se ganó el aprecio de sus subalternos. Que sepamos, la causa del “enfriamiento” de las relaciones PLD-PQDC se inician cuando Elías, ya exonerado por la justicia de un expediente de la Cámara de Cuentas, quería volver a Bienes Nacionales, por una cuestión elemental de reivindicación de la imagen, pero “arriba” hubo su objeción.
En efecto, se le observó que no había problema con el cargo para el PQDC, viejo aliado, pero que habría que poner a un hermano suyo o a otro dirigente del Partido que sugiriera, pero no el de nuevo. Al parecer por la misma razón de imagen, para evitar comentarios, el presidente Medina se habría querido curar en salud. Y de ahí todo el “tranque” o el “truño” derivado.
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