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viernes, noviembre 06, 2015

La corrupción y la política

Por Orlando Gil;- 
LOS GENERALES.-   A un medio se le antojó asociar la reunión de los altos mandos con la consabida parada de los miércoles frente al local de la OISOE, y -como era de suponer- erró el tiro. Nada tuvo que ver una cosa con la otra, aun cuando esa pequeña y reiterada protesta es una piedrecita en el zapato del gobierno. Sin embargo, fue importante lo tratado en el encuentro, y sobre todo lo referente a los generales. La depuración va a continuar, aun cuando se emitan decretos reintegrando uno que otro con rango de general, y no solo se tendrá en cuenta lo que hayan hecho, sino que en algunos casos se actuara por simple sospecha. Con tantas manzanas podridas, la cesta no podrá quejarse. Y si la ley orgánica de la Policía obliga a reducir el número de generales, habrá que hacer otro tanto en los demás cuerpos armados, de manera que el “chapeo” no se vea como persecución caprichosa. Lo de la OISOE, sin embargo, es una acción política, incluso equivocada, como lo fue años atrás el expediente de la Sun Land. Las indelicadezas saltaron a la vista, y su manejo político pudo ser exitoso, solo que al llevarlo a la justicia se puso la iglesia en manos de Lutero, y no se debe olvidar que a la Reforma siguió la Contrarreforma...
EL TIEMPO.- Los medios publicaron que la reunión entre el Procurador General de la República y el embajador norteamericano duró tres horas. Si ese fue el tiempo, arreglaron el mundo. Y no solo el mundo dominicano, pues no debe olvidarse que ni Francisco Domínguez Brito ni James  -- Wally - Brewster es gente de hablar sin medida. La conversación fue larga, pero no de tres horas,  y además hay que considerar que no fue solo entre ellos. Participaron otros funcionarios, y todo parece que fue una puesta al día, aunque, y debe decirse, bajo otras circunstancias. La situación de Félix Bautista, por ejemplo. La embajada no confirma el asunto de la visa, la Procuraduría no sabe, pero supone, y sin dudas que se inaugura una nueva etapa en la lucha contra la corrupción. La Procuraduría, y la Fiscalía del Distrito Nacional, podrán seguir perdiendo pleitos, pero la embajada de Estados Unidos se ocupará mediante medidas  subsidiarias, u oficiosas, de poner carreras a favor de la justicia. Se dijo del senador por San Juan, pero de seguro que no será el único...


ADVERTENCIA.- La Junta Central Electoral reaccionó a las publicaciones de que los partidos no están cumpliendo con su propia ley, y están decidiendo candidaturas a lo loco, o no a loco, sino según su particular conveniencia. Roberto Rosario es un funcionario que no se calla sus verdades, pero igual pudo hacer Mariano Rodríguez y el Tribunal Superior Electoral. La JCE dirá que no cuando se inscriban candidaturas que no llenen los requisitos, pero será el TSE que deberá decidir los procesos que no llenen su cometido. Incluso, el hecho de que Rosario mencione el artículo 216 de la Constitución debe crear expectativas, pues a falta de una ley de  partidos, por la vía constitucional, su organismo podría hacer más de lo que hace. Es decir, los partidos están constitucionalizados, y la JCE que no puede prevenir, si podría remediar. Solo falta que haya voluntad política, y que se enfrenten los chantajes. Tal vez fuera bueno sacar a la calle el expediente de la licitación, de manera que los malos queden en evidencia...

LA CONVENIENCIA.- La democracia no se preserva evitando conflictos, sino presentando pruebas y poniendo en evidencia a las gaticas de María Ramos. En los pasillos de la JCE, pero sobre todo en los mentideros políticos, se habla del último concurso. Existe un comité de licitación y un consejo de veedores, de manera que no se fracase por falta de procedimiento y de ojos cuya función es ver y evitar chanchullos. Sin embargo, hay un ruido, e incluso con eco o resonancia. Lo que estuvo bien, se denuncia que estuvo mal, y todo porque se afectaron los intereses de una persona que utiliza su calidad en  provecho propio. Incluso, se tiene la impresión de un pleito entre el PLD y la JCE, cuando la verdad es que lo institucional es una cosa, y  lo particular, otra. No es lo mismo la redistribución de los diputados que un negocio millonario que se fue de las manos y que el interesado lamenta y quiere cobrar venganza. La reelección tiene que chequear, pues se podría estar usando su santo nombre en vano. Conviene que la JCE sea JCE y no una dependencia oficial...

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