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martes, septiembre 15, 2015

Pactos y boleta electoral


Por Orlando Gil ;-
EL RESULTADO.- La Junta Central Electoral se atrevió la semana pasada a cambiar la costumbre, sin alterar la norma, y no reconocer a siete partidos que daban por segura su legalización. Solo uno de ocho. La acreditación de Alianza País fue obra de todos, pero no el rechazo de los otros. Hubo los consabidos resabios de magistrados complacientes, incluso comprometidos, pero que no pudieron ayudar a sus amigos. Ese tres a dos del pleno fue un arma de destrucción masiva, y si no, preguntar a los transportistas que ahora deberán buscarse otras rutas para participar de manera directa en la política nacional. Dos acogieron la decisión, y es posible que por las buenas logren algún amparo.
El tercero se alzó, puesto que rebelde y con barba, entiende que debe jugársela, como el Ché, en la quebrada del Yuro. Las demás agrupaciones no se resignaron, pero se rindieron ante el hecho. No solo conocieron la resolución del pleno, sino también la evaluación de los técnicos, y saben que no fue por capricho, sino por fallas comprobadas…
LA TAREA.- No fue cosa del otro mundo, pero como se urgía el conocimiento de esos expedientes, y existía expectación en la opinión pública, habrá que hablar de un antes y un después. Por lo menos se acabó el negocio de vender firmas, y por igual el pie de amigo. Un nuevo concepto sustituye la antigua noción. No es inscripción, pura y simple, sino afiliación. No es dar nombre y cédula, para salir del paso, sino militancia. De creer, de luchar, de alcanzar objetivos. Lo que hizo la Junta Central Electoral ahora fue corregir un error de años. Algo así como arreglar la carga en el camino. Aplicar la ley, y no tanto el reglamento, pero sobre todo establecer un orden. Los derechos son derechos, y corresponden a los individuos, pero no pueden ejercerse a tontas y a locas. No había que ser experto, pues el sentido común provee sabiduría, para darse cuenta de que esa forma alegre de aprobar partidos, no era la más adecuada. Ahora al menos harán la tarea, y no solo los partidos, sino también el organismo…
¿SÍ O NO?.- Esta es la fecha en que todavía no se sabe si los reformistas y los peledeístas están negociando, pues los peledeístas dan a entender que sí, pero los reformistas siguen tan campantes como si no fuera con ellos. Como en la Viña del Señor, hay de todo. Por ejemplo, la clásica cuña del mismo palo. Reformistas que actúan como agentes infiltrados, y apuran el entendimiento, pero que hasta ahora no representan nada, y solo sirven a fines mediáticos: rumores, conjeturas, conveniencias. Lo que no se habla con Quique Antún, o no es decisión del organismo superior, es palabra o diligencia que se las lleva el viento. Ahora, en lo que descansa el hacha: ¿Cómo se explica que un partido que busca alianza con otro, y sabe que ese otro no es generoso, amplía el esquema de aspiraciones? El PRSC realizó un taller hará cosa de dos semanas, y la impresión fue de una militancia activa y con muchas pretensiones. Los potenciales candidatos no caben en ninguna boleta que no sea la suya propia…
DECLARATORIAS.- Igualmente ¿Cómo interpretar la declaración de fin de semana en Santiago, de que los reformistas irán solos en tres provincias: Santiago, San Pedro de Macorís e Higu¨ey? De cerca, un condicionamiento; pero de lejos, un cerrarse a banda. No se aprecia ánimo de diálogo, si lo primero que se hace es presentar armas. Aunque hay que recordar que los peledeístas se fueron alante y sacaron plato aparte en tres demarcaciones, y una de ellas es Santiago, donde ya también escogieron candidato a alcalde. Entonces, con más candados que puertas, se dificulta la entrada, y el entendimiento, pues ¿cómo renunciar a plazas tomadas? Esa parece ser la idea, de que ante el hecho cumplido, el llamado fait accompli, al otro no le quede más opción que someterse a la circunstancia. Entregarse. Si todos hacen lo mismo, y cada cual busca ser más vivo que el otro, los espacios podrían reducirse en extremo. La carga, por lo visto, no está de un solo lado, y los socios no están resultando tan sumisos

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