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martes, marzo 31, 2015

La reacción hipócrita por el fallo en caso del senador Félix Bautista

EL NUDO.- Hay un sector de opinión, pues va más allá de la política y de los partidos, que sabe cómo se hace un nudo marino, pero no como se desata. Una cosa debiera de ir con la otra, y sin embargo, no sucede así. Por ejemplo, sin mancar, conoce por adelantado en qué va a terminar un proceso, y como si tuviera boca de chivo, las cosas se dan de acuerdo a lo previsto. Solo que no celebra sus aciertos, sino que, por el contrario, se fastidia y protesta, aunque sea por las redes, o se desahoga en conversaciones de amigos. A Félix Bautista se le veía en la cara, o en su recurrente desafío a Francisco Domínguez Brito, un  triunfo por anticipado.
Quienes pensaron que el senador mordería el polvo de la derrota, y que el Procurador lograría imponerse, se equivocaron porque quisieron. Dios ya no anda por el mundo y entre los hombres las cosas se arreglan al margen de la justicia, aunque se llenen las formalidades y se haga cómplice al derecho. La reacción, por tanto, luce algo hipócrita, y tal vez en el reparto de culpas, se cargue más a uno que a otros...
LA TAREA.- Nadie encontró en Alejandro Moscoso Segarra más méritos que haber pertenecido al Comité Central del PLD, y con ese sambenito se le descalificaba y no se pensaba que actuaría con independencia de criterio, y acogiéndose al sentido de la ley. Ahora que dio su fallo, quienes adelantaron juicio creen haber comprobado sus aprensiones: El magistrado no se rebeló y respondió a los intereses de su “jefe político” Leonel Fernández, a quien se consideraba sentado en el banquillo de los acusados, en vez de Félix Bautista, como responsable político de los desafueros del senador. Pero uno piensa, si eso era así ¿por qué se tomó tanto tiempo, que ahora se dice que violó su propio plazo? Si era caña para el ingenio, con cortarla era suficiente. Igualmente, la sentencia tiene más de 600 páginas, incluyendo lecciones de procedimiento. Puede decirse lo que se dice y se dirá de su no ha lugar, pero debe reconocerse que el supremo Moscoso Segarra hizo la tarea. Y que no se debe despachar su decisión con dos o tres insultos de ocasión...
EL CAMBIO.- Vamos a la política. Hace mucho que dije que los estrategas de Leonel Fernández habían decidido que los “perseguidos” dieran la cara, de manera que pudieran superar la prueba de la justicia, y él, a su vez, desplegar sus alas en la campaña sin esos vientos de contrariedad. Puede recordarse que en ese tiempo Félix Bautista no era tan contumaz, y medio se escondía en los ruedos de los pantalones del expresidente, quien nunca puso distancia con su colaborador, como se aconseja en política hacer en estos casos.  Ahora el senador salió a batirse, con cualquiera y sin importar escenario; y por eso, en los tribunales, no solo se conocerán las querellas en su contra,  sino los sometimientos que en defensa de su honra haga. Esto es, en la consabida idea de que se volteó la tortilla, el mallete está en sus manos, y ya no será el Bautista, sino un arcángel aplicando venganza divina. Claro, que esa cruzada no la iniciará a lo loco, o por deseo de sangre, como un vampiro de Crepúsculo, sino en función de estrategia de grupo y de lo que convenga políticamente...
L, NO V.- Llamó la atención que Bautista, al conocer el fallo, y en su contento, no hizo la señal de la victoria, que es una V, sino una L, que significa Leonel. Es decir, que no celebró su triunfo en el tribunal de manera personal, sino política. No era él que ganaba en justicia, sino Fernández. Un Leonel Fernández que ese mismo viernes se lanzó a la calle y visitó una zona de la capital, y al día siguiente, sábado, anduvo por Pedernales. Entonces ¿peso y medio o uno y cincuenta? El acuerdo que no se conoce entre Danilo Medina y Fernández, porque ni se habló ni se firmó, es lo que podría llamarse El Pacto de los Flujos. Que la Reelección haga camino al andar, y por eso se multiplican los mítines en reclamo de otro período para Medina, y que el expresidente recupere su espacio. Lo clásico, en política y en todo: El que tenga más saliva, que coma más hojaldre. El 19 de abril se verán de nuevo, y no como ahora sacando un dedo mojado para que lo seque el viento, sino con una brújula, para precisar mejor la orientación...

Orlando Gil

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