Hasta el momento en que esto se escribe, nada ha logrado convencerlo.
Ni el apoyo popular creciente, ni la presión de sus cercanos
colaboradores, ni el “gardéo a presión” de grupos económicos y su
sociedad civil que han depositado en él su confianza. El presidente
Danilo Medina no parece decidido a propiciar una modificación
constitucional que le permita repostularse. Y ese hecho, con Leonel
Fernández oficializando su precandidatura presidencial entre
chicharrones y domplines, cambia totalmente el escenario político del
PLD y de alguna forma del país político. Sin repostulación, y con el
León suelto en la selva electoral, al PLD llega la hora de los delfines.
Aclaradas
las incógnitas en torno a la repostulación de uno y el lanzamiento del
otro, en el PLD queda pendiente una incertidumbre por superar: ¿Habrá o
no habrá un delfín de Danilo Medina en las primarias peledeístas? Y si
lo hubiera, ¿quién será? Habrá que dedicarse a leer las señales del
Presidente hacia Temo Montás y Reinaldo Pared Pérez, aunque no luce
descabellada (-y emisarios de ambos líderes han conversado más de una
vez sobre el tema-) la idea que sugiere el apoyo de Medina y Fernández a
un delfín consensuado entre ambos. Hablo de un delfín capaz de
enfrentar con éxito al gran frente anti-PLD en formación, que tendría
como candidato a Luis Abinader, “El Ungido”.
Graham Greene visita al PLD.
El
posible delfín Medina-Fernández, “El tercer hombre”, deberá tener luz
propia, y tanta, que no dependa del tradicional -y por tradicional no
menos perverso- uso y abuso de los recursos del Estado para vencer a “El
Ungido” Abinader. Y es que como en el amor, donde no basta con aspirar a
mirarse en esos ojos verdetristemar, sino que debe uno lograr que ellos
te aspiren, te miren (y se inspiren) frente al mar, así ocurre en la
política. De buenas intenciones y malos “delfines” políticos está
empedrado el camino del infierno, que para el PLD no es otro que el de
la derrota electoral, la pérdida del Poder. El Presupuesto influye pero
no determina, el clientelismo importa pero no decreta. En la lucha
electoral el dinero NO lo puede todo, y tanto el PLD como el PRD, en
diferentes momentos de sus luchas, lo han podido comprobar.
El árbitro.
Después
de lo demostrado en estos 31 meses de gobierno, y convertido por
mandato popular en el líder político de mayor y mejor valoración y
CONFIANZA de todo el país; después de haber logrado hacer realidad el
9-1-1, la Jornada de Tanda Extendida, Quisqueya aprendiendo a “herir de
muerte a la ignorancia”; después de viajar de sorpresa cada domingo para
dar apoyo a unos pobres asociados en el trabajo, a los que sobra coraje
y solo faltaba apoyo gubernamental; después de todo esto y un etcétera
más largo que una ausencia, no imagina uno al presidente Medina
empoderando o intentando transferir su popularidad a un candidato para
que pueda en las primarias moradas derrotar a otro; aunque ese candidato
se llame Temístocles Montás (su más querido y respetado) o Reinaldo
Pared, y aunque “el otro” se llame Leonel Fernández.
“La tercera persona”.
Danilo
Medina y Leonel Fernández en sus años uasdianos leyeron El Martín
Fierro, me consta. Ellos conocen sus contradicciones, se reconocen como
parte del mismo ciclo político y saben bien que se necesitan.
Desde
1995, de los grandes acuerdos de esos dos señores han salido los
grandes triunfos del PLD, incluido el más reciente de los “Tres Frentes
Electorales” de 2012.
De igual modo, pero a la inversa, de un
gran desacuerdo entre ellos surgiría de forma INEXORABLE una gran
derrota para el partido morado.
Entonces, don PLD, “avive el
seso y despierte”, que para encontrarle sentido a la vida nada hay como
estar cerca de la muerte (la derrota)... y saludarla; como saluda Graham
Greene y su novela “El tercer hombre”, que por evitar el lenguaje
sexista, a partir de ahora llamaré “La Tercera Persona”, no vaya a ser
vaina... ¿comprenden? Al fin, Dios sabrá, o mejor, “sabrá Dios, uno no
sabe nunca nada”. Bolero. Con su permiso.
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