Ramón Peralta: en la vida hay cosas que se piensan, no se dicen.
Sabemos la popularidad de Bill Clinton al terminar su mandato pero no
pudo continuar gobernando porque había un impedimento constitucional. En
tiempo presente lo que está sobre la mesa es el obstáculo legal, no el
respaldo de una administración.
Danilo Medina se adelantó a este
momento y lo dijo antes, que sólo quería cuatro años. Se mostró
contrario a la reelección y expresó, categóricamente, que es un tema
para dentro de 20 años cuando el país exhiba más fortaleza
institucional.
Danilo Medina entiende que de continuar por la
senda reeleccionista tendríamos que elegir cada cuatro años, junto a
senadores y diputados, el sastre legislativo que haga un traje a la
medida al presidente de turno.
El ministro de la Presidencia,
Peralta, afirma que la constitución está por debajo de una encuesta. A
su juicio la institucionalidad depende de la popularidad. El funcionario
pasa por encima de lo que afirmara Danilo Medina cuando era candidato
presidencial: “no a la reelección”. Me gusta que un presidente eficaz
continúe en el cargo, pero también la institucionalidad. De escoger me
quedo con lo último, como dijera Danilo. Hay que preservar el marco
jurídico del país y no dejarnos llevar por el continuismo funcional.
El
ministro Peralta y todos los que coinciden con sus deseos tienen el
legítimo derecho de tenerlos, pero es una falta de tacto decir que una
encuesta, que es pagada con los dineros del pueblo, está por encima del
texto constitucional. Si fuera un político veterano se guardara esas
opiniones y no anduviera en puntillas. En la introducción de la
entrevista que le hicieran como candidato Danilo dijo: “en el caso
concreto mío, si existiera la posibilidad de reelegirme, no lo haría”.
Danilo Medina amplió el juicio para que nadie quedara con dudas:
“El
problema está en que en la República Dominicana los funcionarios,
cuando van a un proceso de reelección no distinguen la línea que separa
los bienes públicos de bienes partidarios y terminan dañando la imagen
de los presidentes, dañando la imagen de los partidos y dañando la
economía, por tanto yo, particularmente no tengo interés ni siquiera, no
de reelegirme sino de volver a ser presidente. Yo quiero cuatro años y
nada más...”
No dudo que la presión de sus funcionarios, a los tres años, provoque estrés.
Por Alfredo Freites ;-
alfredofreitesc@gmail.com
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