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sábado, febrero 07, 2015

ASISA siente fascinación por expresidente Fernández

ÉL, SOLO ÉL.- La exclusión de Danilo Medina de la última encuesta ASISA parece algo lógico, normal: no es candidato. Sin embargo, la perversidad, que no duerme, que ve con ojos de maldad, entrevé intención aviesa. Si Leonel Fernández corre solo, sin el contrapeso del presidente Medina, nadie duda que sea el dueño casi absoluto del solar. Que es lo que certifica la medición. Y en su defecto, Margarita Cedeño, con nombre propio y como si políticamente fuera soltera. Aunque, y es lo que importa, el premio queda en familia. Si no fuera un hecho tan espléndido, tan de alta costura, se consideraría juego perfecto. Sin ningún error. Como de camino vienen otros estudios, ASISA es la foto del momento, tomada a pulso, sin trípode, y con riesgo de salir movida. No obstante, sirve a los fines de Recordar es Vivir.
ASISA, y es su derecho, siente fascinación por el expresidente Fernández, y se tiene la impresión de que siempre “cuenta el cuento a su manera”. Como La Lupe cantando en un cabaret de La Habana, o de Miami, o en cualquier show de éxito...
ELLOS, SOLO ELLOS.- Todos los partidos y candidatos calculan y apuestan a la segunda vuelta, dando por seguro que ninguno de los aspirantes podrá superar la prueba del 50% más uno establecido como barrera. Leonel Fernández y Margarita Cedeño se van en la primera vuelta, de una manera como dije espléndida. Sin embargo, cuando la boleta la encabeza Francisco Javier García, o Reinaldo Pared, o Temístocles Montás o Radhamés Segura, se impone otra ronda. Ninguno de los cuatro da la talla, como sí sobradamente el expresidente Fernández y la actual vicepresidenta Cedeño. Una pintura clásica con  marco propio. La situación se suscita curiosa. Estos aspirantes no solo harían obligatoria la doble vuelta, sino que su votación sería tan precaria que ni con remolque llegarían al taller. Una especie de fatalismo: o Fernández o Cedeño, y eso ocurre en una encuesta en la que el PLD figura como partido dominante, insuperable en todos los escenarios. Inaudito,  avasallante. Entonces, ¿el partido o el candidato?...
LA CORRUPCIÓN.-  No puede decirse que ASISA escamotee temas, pero se hace cuesta arriba en que su resumen ejecutivo, entre los asuntos de interés, no figure la corrupción. A pesar de que actualmente se ventila en justicia el caso de Félix Bautista, y aunque cada quien es dueño de sus actos, políticamente ese muerto se lo cargan a Leonel Fernández. La situación merece entenderse. No era justo que en una sopa tan bien servida se permitiera una mosca. La gente, por tanto, se preocupa por los altos precios, la energía eléctrica, el desempleo, pero no por la corrupción. De ser así, todos los parques serán del expresidente Fernández, pues nadie osará desde los espacios públicos señalarlo con el dedo acusador. No se sabe en qué terminarán los tribunales, pero la voz de la calle se pierde en una encuesta. Un candidato con posibilidades de ganar con un 53.8% o un 55.9% no puede ser afectado con escarceos sin trascendencia. No lo veo tan fácil, ni tan idílico, pero hace un tiempo advertí que disparar a Fernández con tanta precipitación y desde tan lejos iba a ser contraproducente...
LA MUERTE.- Dije entonces que podrían darse dos situaciones: o no lo alcanzaban o se acaban las balas. No sé cuál, pero si en las mediciones que se hagan a partir de ahora no se incluye el tema de la corrupción, o falleció por inanición o por muerte natural. Un show menos, dirán los cínicos, aunque tiemblen los cimientos de la República. Falta ver la reacción de los demás aspirantes del PLD, aunque no tendrían mucho de qué quejarse, pues aceptaron desde el principio someterse a un escrutinio engañoso, en que todas las ventajas estaban de un lado. Quisieron ponerse detrás de Leonel Fernández o de Danilo Medina, creyendo que con el endoso de uno o de otro podían alcanzar la meta, sin darse cuenta de que en política cada actor tiene su papel, y cada compañía de teatro, su agenda. O que no basta con ver la finca ajena y admirarse de su buena cosecha, sino sembrar su propio maíz y comerse, llegado el momento, la torta hecha con sus manos. La ASISA no solo eleva a Fernández y a Cedeño, sino que los pone chiquitos, y sin nana que los cargue...
Por Orlando Gil ;-
orlandogil@claro.net.do

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