
Ambos ejecutivos actuaron con prontitud y probidad frente a un hecho
vergonzoso que escarnece tanto a la Policía como a la Procuraduría.
El general Castro Castillo dio parte al Procurador en cuanto le llegaron
los primeros rumores del robo de la droga, y le pidió que asumiera la
investigación en virtud de la implicación de altos oficiales de la
Policía y el propio director de su agencia antinarcóticos, hombre de su
confianza.
Sólo esa acción rápida y oportuna libera al jefe de la Policía de las
maledicencias que siempre surgen en casos como este, que involucran a
tanta gente, tanto dinero y tantos intereses.
Y el procurador Francisco Domínguez Brito actuó también con prontitud y
firmeza, aunque es evidente que en un principio ni siquiera podía
imaginarse la magnitud del hecho si se toma en cuenta que luego encargó
las pesquisas a un investigador veterano y de su absoluta confianza, el
doctor Bolívar Sánchez Veloz.
Ambos --el jefe de la Policía y el procurador--, se empeñaron en
esclarecer este bochornoso caso que avergüenza a las dos instituciones
responsables de perseguir el crimen organizado.
¿…Y por qué la aclaración?
Es sencillo. Desde un principio se ha
querido poner en entredicho la probidad del jefe de la Policía en este
caso, y han aparecido perversos que han pretendido vincularlo con el
hecho por su relación con el coronel Carlos Fernández Valerio, director
de la Dican.
Las redes sociales están llenas de injurias contra el general Castro
Castillo porque supuestamente defendió inicialmente a Fernández Valerio.
El jefe de la Policía nunca defendió a nadie, fue todo lo contrario.
Desde el principio dijo que no tenía compromiso con nadie y que en su
jefatura no tenía amigos ni enemigos.
Sobre Fernández Valerio lo único que dijo fue que había sido quien mejor
había pasado la prueba del polígrafo entre todos los implicados, pero
jamás lo exculpó de nada.
Hay muchas versiones feas circulando por ahí a propósito del escándalo
de la Dican, y las peores no necesariamente se refieren a la Policía.
Por el contrario, las investigaciones inconclusas están enfocadas hacia
los fiscales, de quienes se afirma llevaban mucho tiempo apropiándose de
droga incautada o cambiándola por sustancias inocuas que enviaban al
Inacif como cuerpos de delitos.
Un oficial correcto… El general Castro Castillo es un oficial correcto. En un año y siete meses que lleva como jefe policial le han tirado todo tipo de gancho y no ha caído en ninguno por la pulcritud con que se maneja y su empeño en cumplir las instrucciones del presidente Danilo Medina.
Por supuesto, las primeras piedras le llegan de su propio litoral. Y se incrementarán en la medida en que se aproxime la fecha en que cumplirá los dos años que le corresponden en el cargo. El Presidente, sin embargo, está muy atento a estas zancadillas tan comunes en la Policía.
Simplemente para no dejarse sorprender por gente que trata de abrirse pasos a puros codazos… Hay tiempo para todo, dice el Eclesiastés… ¡Tiempo para sembrar, y tiempo para cosechar!
Por César Medina ;-
lobarnechea1@hotmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario