Ahora se comprueba que ciertamente a Miguel
Vargas le hicieron coca en la convención perredeísta de 2011, y que
Hipólito Mejía fue un candidato espurio producto de una triquiñuela
burda, y por eso tenía que perder las elecciones frente a Danilo Medina.
Bastaron
apenas tres años para que saliera a relucir la verdad de una maniobra
dolosa que no sólo provocó la derrota, sino la división del más viejo
partido del sistema y consecuentemente el designio de seguir en la
oposición per sécula seculorum.
Quienes dijeron que la denuncia de
Vargas sobre el fraude del 6 de marzo de 2011 fue el invento de un mal
perdedor, tienen ahora que morderse la lengua y buscar a los verdaderos
culpables de la derrota electoral que tantos tormentos ha provocado al
partido de Peña Gómez.
La verdad resurge ahora porque se teme que
Hipólito le haga lo mismo a Luis Abinader, con quien se disputa la
candidatura de la disidencia perredeísta agrupada en el Partido
Revolucionario Moderno, y de paso arrastra la cacareada honorabilidad de
quienes condujeron aquel proceso.
Desde un principio Miguel
Vargas denunció que la comisión electoral que organizó la convención
hizo un fraude monstruoso para que Mejía fuera el candidato poniendo a
votar a 360 mil peledeístas y reformistas que contaminaron el evento.
Mostró las pruebas de su denuncia y exigió que la comisión organizadora
que encabezaba Esquea e integraban Hugo y Milagros presentara la lista
de sufragantes y los votos emitidos, cosa que nunca ocurrió. Esos
documentos desaparecieron sin dejar huellas.
El alerta de Abinader...
Luis Abinader quería que el candidato presidencial del PRM se escogiera por encuestas, tal como se había acordado con el señor MejíaÖ Pero el señor Mejía echó luego para atrás y ahora quiere “primarias abiertas” similar a la convención de 2011.
Luis Abinader quería que el candidato presidencial del PRM se escogiera por encuestas, tal como se había acordado con el señor MejíaÖ Pero el señor Mejía echó luego para atrás y ahora quiere “primarias abiertas” similar a la convención de 2011.
Los abinaderistas advierten que no
permitirán que voten los perredeístas o peledeístas para hacer ganar al
señor Mejía, tal como ocurrió en la convención denunciada por Vargas
como viciada. El problema es que Abinader participó en esa trastada
junto al señor Mejía, a quien acompañó como el segundo en jerarquía del
grupo que perdió las elecciones en 2012. Y como conoce los detalles del
engaño a Vargas, quiere cuidarse de que no le hagan lo mismo.
La
renuncia de Tony Peña Guaba del grupo de Abinader ha disparado todas las
alarmas dentro de una agrupación sin estructura, sin cabeza, sin
dirigentes, donde todo está por organizarse y se desconfía hasta de la
sombra por los antecedentes fraudulentos del 2011.
¿Esos tres? ¡Ay ñeñe!
Para celebrar unas primarias o convención y elegir candidatos se necesita una comisión organizadora. Quienes han hecho siempre ese trabajo han sido Esquea, Milagros y Hugo... Cuando se le planteó esa posibilidad Abinader dijo con sorna: ¡ay ñeñe...!
Para celebrar unas primarias o convención y elegir candidatos se necesita una comisión organizadora. Quienes han hecho siempre ese trabajo han sido Esquea, Milagros y Hugo... Cuando se le planteó esa posibilidad Abinader dijo con sorna: ¡ay ñeñe...!
Esquea, sin embargo, es el
único de los tres que se han mantenido al margen de la pugna entre
Hipólito y Abinader por la candidatura... Pero nadie confía en esa
“imparcialidad” conociendo los antecedentes de la convención del 6 de
marzo.
Si el PRM pretende participar en las próximas elecciones
con candidaturas nacionales debe empezar desde ahora a elegir a los
candidatos provinciales y municipales al Congreso y las alcaldías...
¿Pero cómo si no tiene estructura en ninguna parte?
Hipólito anda más chivo que una guinea tuerta... Porque Abinader también sabe cómo se hace el fraude.
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