EL FINAL.- La película de suspenso de
Amable Aristy, Quique Antún y el Partido Reformista Social Cristiano ya
fue filmada y se conoce el final, que no fue dramático, pues estaba
previsto en el guión: la renuncia de Aristy a su condición de miembro
del Directorio Presidencial, o DP, como se dice entre reformistas. La
carta tiene fecha de ayer 22 y dirigida a Antún como presidente del PRSC
y del DP, y con copia a Ramón Rogelio Genao, el secretario general.
Aristy, conocido como político de pocas palabras, también de escasas
letras.
Le bastaron dos párrafos y una protocolar despedida para pasar
una página que sin duda fue memorable, pues como reformista puede
decirse lo mismo que de los cantantes de la vieja trova: llenó toda una
época. Hoy viernes 23 está supuesto a reunirse, o por lo menos se sabe
convocado, el Directorio Presidencial. Y lo lógico fuera que se tratara
el tema, que se incluyera en la agenda del día. Aunque es bueno que se
sepa que este organismo no fue citado para atender lo que pudo haber
sido urgencia, sino que el encuentro se había acordado con anticipación y
sin conocerse la decisión del dirigente higüeyano...
EL TRATO.-
¿Manejó Quique Antún adecuadamente el caso Amable Aristy? Parece que
no. Faltó grandeza, y también generosidad, pues se supone que debieron
interesar más las personas que los cargos. Un puesto más, un puesto
menos, no cambiaba la correlación, y se entendía que lo verdaderamente
importante era preservar al PRSC sin fisuras. Además, no debe olvidarse
que la ampliación del Directorio Presidencia fue una propuesta de
Aristy, y por tanto, no era justo que si solicitó 8 posiciones, solo le
concedieran 3. O que lo pusieran a darle vuelta a la península con el
objeto de cansarlo. El desplante de Antún a los periodistas, cuando
quisieron indagar sobre el impasse, fue la gota que colmó el vaso,
aunque se sabía rebozado. Considerar a Aristy como “cosa sin
importancia” no fue tácticamente correcto. A menos que se quisiera el
resultado que finalmente se logró: que el senador de Higüey se fuera
antes de tiempo. La renuncia era parte del guion, pero podría esperar
una semana, o por lo menos el regreso de su viaje a Nueva York...
“SU GENTE”.-
Amable Aristy debió haber volado ayer sobre el mediodía a la ciudad de
Nueva York, a consultar con “su gente”, del mismo modo que lo hizo con
“su gente” de Higüey, y mucho antes con “su gente” de Miami. Es decir,
todo un protocolo, una búsqueda de consenso interior, para dar el gran
salto del Partido Reformista Social Cristiano a La Estructura. Para
andar de la mano con Andrés Vanderhorst y enemiguito de Quique Antún, de
quien estuvo diciendo hasta hace poco: “Ese es mi amigo”, que es una
frase muy socorrida en la boca del legendario senador de Higüey. Ahora
¿qué viene? Oh, lo que estaba previsto. Se convoca una convención de La
Estructura para mediados de febrero y se hacen los acomodos de lugar.
Vanderhorst pasaría a ser una especie de jefe operativo y Aristy el
presidente institucional. Una cuestión simple, una solución a pico de
botella. En política puede faltar gente, pero nunca espacio. Los
partidos son como las casas viejas, las estrecheces se resuelven con
anexos...
PESADILLA.- Amable Aristy no pudo tomarse su
tiempo, pero Quique Antún tampoco. Y al parecer febrero será clave para
los dos. La convención de La Estructura se realizaría a mediados del
segundo mes del año, y en los mentideros políticos (que soy yo mismo) se
dice que por esos días, el 15 particularmente, el Partido Reformista
Social Cristiano tendría candidato. Quique Antún, por más seña. Esto es,
la clásica fórmula de que “a Rey muerto, Rey puesto”. Aristy deja de
ser una amenaza, se elimina la tormenta, y Antún cree que encontrará un
tesoro al final del arco iris. Que si conserva el escudo de la Casa
Real, también el reino. Aunque deberá demostrar, al igual que Miguel
Vargas, una verdad acosada por las dudas: que la gente sigue los
símbolos de un partido y no a los hombres que en determinadas
circunstancias fueron sus figuras más sobresalientes. Ninguno, por
tanto, puede cantar victoria en lo inmediato, pues las fuerzas en
disputa son escasas, y se disminuyen en cada medición ajena. Que el PRSC
pueda volver a un 20 ó 25 por ciento, no es sueño, es pesadilla...
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