Con el fin de la guerra fría y el
fortalecimiento del capitalismo surgieron cambios en la forma de
conducirse los principales partidos políticos a nivel planetario, y el
PLD no escapo a esa realidad. Fue el VI congreso Prof. Juan Bosch en el
año 2001 cuando se producen las transformaciones que lo convierten de un
partido de cuadros, con tan solo 21,000 miembros, en un partido de
masas, donde hoy están inscritos en su padrón alrededor de dos millones
seiscientos mil dominicanos.
Con el crecimiento de la
organización política se fue produciendo un debilitamiento de su
funcionamiento orgánico, lo que lo fue igualando cada día más al PRD que
se suponía la antítesis del peledeismo ideado por Juan Bosch, quien
decía en su discurso ante la asamblea constitutiva, ¨ No debemos aplicar
al PLD las ideas y la manera de actuar que predominan hoy en el Partido
Revolucionario Dominicano y eso significa que no podemos reproducir en
el PLD al PRD.
Si hacemos del PLD lo que ha llegado a ser el PRD tendremos en fin de cuentas un PLD que mas tarde o más temprano terminara siendo lo que es el PRD¨.
Si hacemos del PLD lo que ha llegado a ser el PRD tendremos en fin de cuentas un PLD que mas tarde o más temprano terminara siendo lo que es el PRD¨.
El VIII congreso Norge
Botello le brindó al PLD la oportunidad de corregir distorsiones,
modernizarse y proyectarse de cara al futuro como el instrumento
político hegemónico del pueblo Dominicano, adaptarse a las nuevas
realidades del mundo moderno, interpretar el deseo del pueblo, estar
comprometidos con la ética, con el sentimiento patriótico, con la
vocación de servicio.
Sin embargo, desde el punto de vista de la
democracia interna, el PLD ha perdido su esencia, los organismos no se
reúnen, las direcciones Provinciales han sustituido las direcciones
municipales en los lugares donde todavía funcionan, ya que en muchas
localidades los presidentes toman decisiones personales, el Comité
Político ha sustituido al Comité Central, el grupísmo, y el amiguismo
comandan el diario vivir de la entidad. Donde más se acentúa el
debilitamiento democrático del partido es en la forma y el método para
elegir sus autoridades internas y sus candidaturas congresuales y
municipales.
Los procesos eleccionarios internos han sido en la
mayoría de los casos fraudulentos, las actas son falseadas, hay compra
de voluntades, se marcan las boletas, son frecuentes los abultamiento en
la cantidad de electores para favorecer ciertos candidatos y todo lo
inimaginable que pudiera ocurrir en un centro de votación. Esa realidad
se ha repetido una y otra vez en los últimos procesos electorales, y a
pesar de las múltiples denuncias de esas irregularidades, la
indiferencia de la comisión electoral y de la dirección nacional del
partido es lo que ha primado. ¿ Habrá tenido razón el Profesor Juan
Bosch cuando advertía que el PLD no debería aplicar la manera de actuar y
los vicios del PRD?.
Ahora que se avecina un nuevo proceso para
la escogencia de candidaturas nacionales, congresuales y municipales,
hacemos un llamado para que se produzca una revisión seria del método
que se ha empleado hasta ahora en la elección de esas candidaturas,
porque debemos tomar en cuenta que en este proceso podría estar en juego
la permanencia del partido de Juan Bosch en la conducción de la cosa
pública.
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