Al cumplirse el 202 aniversario
del natalicio de Juan Pablo Duarte el próximo lunes 26 de enero, la
República Dominicana se encuentra enfrentando uno de los desafíos más
peligrosos que haya tenido en toda su historia, como lo es una creciente
y abierta invasión pacífica de la población de Haití sobre su
territorio.
Los haitianos que han percibido la debilidad y miedo de la
Cancillería y el gobierno dominicano en asumir su suprema e
indeclinable responsabilidad de defender nuestra soberanía enfrentando,
tanto la invasión física, como la ofensiva internacional de descrédito
de nuestra imagen como nación, se han ido envalentonando y organizando
en nuestro territorio.
Grupos radicales haitianos han realizado costosos vídeos
llamando a la revolución de sus ciudadanos contra la República
Dominicana, con arengas violentas contra nuestro pueblo.
Esos Vídeos: LOS NUEVOS DESSALINES , a pesar de la gravedad del contenido de los
mismos, hasta el momento han sido pasados por alto por los organismos de
seguridad del Estado, que no han ordenado una investigación para
procurar establecer responsabilidades, tanto de sus autores materiales,
como intelectuales.
El gran escándalo suscitado con el asentamiento de
ilegales haitianos en Puerto Plata, en el que las autoridades
comprobaron que sólo dos familias son dominicanas, está siendo diluído
por “orden superior” y no se espera ninguna acción oficial enérgica en
contra de lo que es sin dudas una actividad peligrosísima contra la
seguridad nacional.
El silencio del Presidente de la República se ha
mantenido, a pesar de que hay un clamor nacional del que se hizo eco Su
Eminencia Cardenal López Rodríguez y a pesar de las expectativas del
pueblo de “oir” al Presidente de La Habana en el acto de la Cancillería
dominicana, en el que el Jefe del Estado le habló a todo a los
Embajadores de República en el mundo.
La posición afrentosa del Embajador haitiano contra el
país y la prensa dominicana; el silencio cómplice para ocultar el
secuestro del personal consular de Anse-A Pitre y la política de no dar a
conocer a la opinión pública las agresiones de que están siendo objeto
ciudadanos dominicanos en Haití, en medio de una profunda agitación
política en Haití dirigida por Jean Bertrand Aristide, hacen prever que
no habrá respuesta oficial contundente sobre el peligro haitiano que se
cierne sobre la República.
El gobierno dominicano no ha anunciado (a una semana del
Día de Duarte) ningún acto oficial para conmemorar su natalicio,
cónsono con lo que parece ser toda una política de restarle importancia a
las efemérides patrias que han llevado a la notoria ausencia del
Presidente de la República de los solemnes actos que se preparan en
ocasión de éstas.
El Instituto Duartiano, como todos los años, está
convocando a la sociedad dominicana a los actos conmemorativos del
natalicio de Juan Pablo Duarte el próximo lunes 26 que es feriado y que
iniciarán con una misa en la Catedral Primada de América y será seguida
por una marcha por toda la calle El Conde, hasta el Altar de la Patria.
En este sentido, creo un deber de todos los dominicanos de
buena voluntad, sin banderías políticas, mandar un mensaje claro y
fuerte de unidad nacional homenajeando al forjador ideario de nuestra
nación, bajo la enseña tricolor que es nuestra bandera.
Igualmente es propicio recordar sus ideas, que hoy, a 201
años de su nacimiento, tienen la misma vigencia que cuando fueron
escritas y pronunciadas.
“Nunca me fue tan necesario como hoy el tener salud,
corazón, y juicio; hoy que hombres sin juicio y sin corazón conspiran
contra la salud de la Patria”; “Dios ha de concederme bastante fortaleza
para no descender a la tumba sin dejar a mi Patria libre, independiente
y triunfante”; “Los providencialistas son los que salvarán la Patria
del infierno a que la tienen condenada los ateos, cosmopolitas y
orcopolitas”; “Trabajemos por y para la patria, que es trabajar para
nuestros hijos y para nosotros mismos”; “Trabajemos, trabajemos sin
descansar, no hay que perder la fe en Dios, en la Justicia de nuestra
causa y en nuestros propios brazos”; “Vivir sin Patria, es lo mismo que
vivir sin Honor”; “Los enemigos de la Patria, por consiguiente nuestros,
están todos muy acordes en estas ideas: destruir la Nacionalidad aunque
para ello sea preciso aniquilar a la Nación entera”; “Toda ley supone
una autoridad de donde emana, y la causa eficiente y radical de ésta
es, por derecho inherente, esencial al pueblo e imprescriptible de su
soberanía”; “La Nación dominicana es la reunión de todos los
dominicanos”; “La Nación dominicana es libre e independiente y no es ni
puede ser jamás parte integrante de ninguna otra Potencia, ni el
patrimonio de familia ni persona alguna propia ni mucho menos extraña”;
“Mientras no se escarmiente a los traidores como se debe, los buenos y
verdaderos dominicanos serán siempre víctimas de sus maquinaciones”.
El 26 la cita de todos es con la Patria: 9 de la mañana en
la Catedral Primada de América. Apoyemos los actos del Instituto
Duartiano.
¡Viva la República Dominicana! ¡Viva Juan Pablo Duarte!
Por A. Castillo Semán ;-
@Viniciodiputado en Twitter
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