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viernes, diciembre 26, 2014

Situación de Haití estigmatiza democracias de AL


La actual situación política de Haití debe llamar a preocupación, e incluso, la comunidad internacional tiene que exigir a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), asumir una posición más fi rme, más contundente, ante un escenario que burla o hace injustifi cable su presencia, con el brazo armado de la Minustah, en un lugar donde siquiera pueden hacer un ejercicio de prevención con determinación.
Es obvio que esa situación es incontrolable y que estigmatiza de manera marcada no solo la estabilidad política de ese vecino país, sino toda la estructura democrática de América Latina, encaminada cada día al fortalecimiento de sus plataformas institucionales.
Esta estigmatización se profundiza como huella indeleble, en un entorno geopolítico que avanza hacia la integración, las luchas coordinadas contra el narcotráfi co, el terrorismo, el crimen organizado, los modos de cooperación, traspaso de inteligencias en benefi cio de los pueblos, y citamos casos como los del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y otros, que cada día siembran un granito de arena para consolidar un proyecto de naciones, en las que el bien común y la democracia fortalezcan la vida de sus pueblos.
Haití surge en este escenario como un contaminante, como un ruido ensordecedor, en un contexto de avances históricos insoslayables, que incluso han iniciado un proceso de cambios tan importantes como el acercamiento de Estados Unidos con Cuba, replanteando unas relaciones diplomáticas interrumpidas en un doloroso interregno iniciado en 1961 con el bloqueo económico.
Es posible que las autoridades haitianas no cuenten con el modo de controlar la situación, aparentemente desbordada, de unas fuerzas opositoras lanzadas a las calles, que ya tuvieron como resultado la dimisión del premier Laurent Lamothe, y cuyos objetivos fundamentales, pretendan soterradamente, mantener la anarquía de la cual no ha podido salir desde los tiempos de la dictadura de los Duvalier.
A República Dominicana le conviene que esa comunidad internacional haga el reclamo, e incluso, debemos ser entes activos para hacer esas exigencias, por los procesos que de buena fe, en este momento, hay encaminados entre ambos países.
Por Néstor Medrano ;-

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