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Manuel Antonio Ruiz |
Espero que el padre Ruiz me ofrende el perdón
por mi obstinada forma de ver el actual proceso político. Aseguro que
este sacerdote, que renunció a ser enlace entre la Iglesia Católica y el
Gobierno, vincula las observaciones al Código Penal a una pugna entre
Leonel Fernández y Danilo Medina como un oportunismo político.
La
abrupta misiva del padre Ruiz, donde envuelve sus especulaciones sobre
el pulso Leonel-Medina, tiene traza de credibilidad pero el argumento no
encaja en el tema del aborto. Gobernar es la tarea asignada al
Presidente de la República y con su observación al texto del Código
Penal lo hace con el apoyo de grandes sectores de la población.
La
mayoría de los dominicanos, y para determinar esto los políticos
hicieron muchas mediciones, no ven el aborto como algo religioso. Eso le
dio basamento al sector gubernamental para no granjearse antipatías.
La
lógica indica que si el proyecto de reforma del Código es de matriz
peledeísta, lo natural es que sus parciales le den acogida. No sería el
sector de Leonel Fernández el que se opondría a la modificación del
texto precitado porque nada gana en ese enfrentamiento.
Parece que
el padre Ruiz, aunque trabajaba en el Palacio Nacional, se dejó
encandilar por los magos del Partido de la Liberación Dominicana. Aún no
se percata de que le hicieron el truco divisionista en sus propios
ojos. Los enfrentamientos entre estos dos políticos es únicamente en la
proporción que les toca en el reparto de las fuerzas.
Danilo y Leonel son como la parodia del policía bueno y el malo.
Estos
dos políticos no tienen que hacer un plan detallado para actuar. Saben
que existe una puerta que no se cruza y es la que accede a la división.
Tienen para ambos un partido fuerte y para nada piensan tirarlo por la
borda.
Leonel y Danilo se alternan en la ejecución del tema
político. Son un dueto afinado conocedor de que la división es una pieza
musical y no les agrada la versión que ha puesto en escena el Partido
Revolucionario Dominicano, el mejor intérprete de ese tema. Prefieren
ser solistas alternativamente.
El padre Ruiz, quien gusta de la
actividad política, no quería quedarse encerrado en su despacho
palaciego mientras en los medios informativos hay un debate sobre el
aborto. Se agarró la reelección como liana y se lanzó a las calles.
Un desatino.
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