La política es una obra cotidiana que se
trabaja con organización y recursos económicos. El objetivo final es
llegar a controlar el presupuesto nacional para realizar, con los
mejores cuadros, el plan de gobierno que se pueda. Es como cualquier
empresa. Siempre están atentos a bajar los costos, que para ellos son
políticos.
En estos días César Cedeño dijo que Hipólito Mejía, el
líder del Partido Revolucionario Moderno, está de acuerdo con lo
expresado por otros aspirantes presidenciales que deben concentrar
esfuerzos en hacer de las siglas una estructura. Lo curioso del tema es
que todos son del mismo grupo.
Cedeño entiende que con tres jurásicos no se hace convención y mucho menos se ganan elecciones.
El
PRM tiene varios inconvenientes técnicos por resolver. Uno de ellos es
la organización de las fuerzas, salir a captarlos y ponerlos en números.
Son siglas sin estructura.
Hipólito Mejía afirmó en San Cristóbal
que el PRM tiene el 41 por ciento de los votos. Quizá esta mentira sea
cierta, pero sin tener la organización que los recoja, esos sufragios
caerán en la finca ajena. Al final lucirían como un Chihuahua.
Los
integrantes del partido de la M deben lanzarse a formar comités y dejar
de mirar para el Partido Revolucionario Dominicano que ahora está
pregonando que son los reyes de la disciplina.
Están voceando que
los divisionistas están todo de un solo lado. Confían en que al final
se dará lo esperado y que esta fiesta termine como las de los monos.
Los
de la M deben convertirse en sus siglas. Encarnar lo moderno y hacer un
padrón. Lo que nunca se ha hecho. Tony Peña Guaba retomó el pasado
discurso de Miguel Vargas Maldonado y rechaza que en su partido se haga
una convención abierta porque atraería a los enemigos jurados. Con más
razón para comenzar a actuar.
A los M no hay que recordarles que
la política se hace con organización y dinero. Deben ponerse a trabajar
en lo productivo y hacer un verdadero partido. El reunionismo de sus
dirigentes es como misa de ateos.
Además deben tener presente que
Miguel Vargas Maldonado decora su campaña con las vistosas siglas del
PRD, y que como es el primer partido del sistema, para estas elecciones
recibirá una fuerte contribución estatal.
El PRM recibirá poco y tiene cinco candidatos presidenciales.
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