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Abel Martínez presidente de la cámara de diputados |
Aunque la chepa tiene categoría filosófica bajo
el epígrafe de “casualidad”, habría que ver bajo qué nombre se define
el ataque a los fondos bajo cuerda que reciben los diputados, porque no
fue por casualidad que Abel Martínez se levantó con el pie izquierdo y
decidió cambiar el curso de las finanzas de la Cámara de Diputados
desviando la ruta del “barrilito”.
No fue una chepa. Hay un
trasfondo político. Hay que bucear profundo y mirar más allá de esta
acción primaria. Quizá las escafandras no sirvan y haya que recurrir a
un traje de buzo de esos que resisten “grandes presiones”.
En
filosofía también hay otra categoría que es la “causalidad”. Ya que la
chepa no encuentra cama en un análisis de este nivel y tampoco se pueda
recurrir a chapaletas para nadar en el proceloso mar de las
confrontaciones internas. ¿Por qué el presidente de la Cámara de
Diputados actúa contra el barrilito sin que hubiera discusión al
respecto?
Hay que partir de que estos fondos están consignados en
el presupuesto de la Cámara y aunque el Presidente tiene aval moral para
objetar su uso, debía ajustarse a las normas. Esto vuelve a recomendar
el uso del traje de buzo.
En política lo esencial escapa a los
ojos del hombre. La esencia a menudo se oculta bajo el manto de la
simulación o la demagogia y hay que recurrir al análisis para detectar
el curso de las leyes que rigen estos fenómenos sociales. Ya decía un
pensador marxista que estas cosas no se ven a simple vista.
Una
mirada a causa y efecto nos podría hacer ver la roca profunda que yace
en el mar del Partido de la Liberación Dominicana donde se posan las
aspiraciones congresuales del 2016. Los danilistas quieren apoderarse
del Congreso que controlan los leonelistas. Los fondos oficiales serían
insuficientes para fondearlos a todos. Quitarle las ventajas financieras
que tienen los congresistas actuales es un punto de partida.
Los
fondos adicionales para obras sociales asignan a diputados y senadores
ventajas para competir con sus propios compañeros que aspiran a esas
posiciones. Eliminarlas los arrima y de pasada hace ver más trasparencia
en el oficio congresual. Quizá ésta no sea el origen que desvió la ruta
del barrilito. Solamente es una razón aparente en la búsqueda de
causas.
Estoy seguro que romper el ‘barrilito’ no fue una chepa.
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