Objetivo: Leonel

Entre el 2008 y el 2010 cientos de trazas convirtieron el radar del Caribe en una verdadera telaraña por la gran cantidad de vuelos ilegales de aviones cargados de cocaína que llegaban a República Dominicana desde las costas de Colombia y Venezuela.

La situación era alarmante.

El gobierno dominicano tomó la decisión: controlar los cielos con aviones de combate. Y se compraron los Super Tucano, unos aviones ligeros, rápidos y que estaban diseñados para cumplir la tarea que el país tenía por delante.
Hace un tiempo se habló del alegado pago de sobornos para lograr la aprobación de la compra de esos aviones. Las investigaciones generadas en Brasil, donde se fabrican esos aviones, han contado con una entusiasta colaboración de Estados Unidos, que dicen lo hacen porque la Embraders, empresa que fabrica los Tucano, cotiza en la bolsa de valores, pero que otros afirman que es la retaliación porque los aviones no fueron comprados a fabricantes norteamericanos.

Sea una u otra la razón, el caso debe quedar debidamente aclarado. Se ha mencionado un coronel de la Fuerza Aérea y ‘un senador’ los que habrían recibido los sobornos se habla de US$3,5 millones- y ya en Brasil han puesto en juicio a media docena de ejecutivos de la Embraders. Hasta ahí todo parece un tema de corrupción que involucra personas en Brasil y aquí.

Sin embargo, los enemigos políticos de Leonel Fernández han aprovechado el tema en su campaña de ligarlo a acciones de corrupción. Esos enemigos de Leonel no solo actúan desde la oposición política, sino desde su propio partido, como ocurrió en Nueva York cuando un grupito de pepeachistas y peledeístas- voceó epítetos contra exfuncionarios en un acto al que acudió el exgobernante el pasado fin de semana. La prensa antagónica a Leonel ha hecho fiesta con el episodio de Nueva York y construyen un verdadero caso con el tema de los Tucanos. Estos episodios son una muestra más de lo que le espera a Leonel por sus aspiraciones legítimas de volver a ser candidato y Presidente de la nación, lo que no le perdonan algunos peledeístas y pepeachistas que hoy unen sus fuerzas para tratar de impedir esas pretensiones, pero que ahora podrían contar con un nuevo aliado: los Estados Unidos. Por Ruddy L. González;-
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