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Leonel Fernández |
Nunca he sido dado a vanagloriar y mucho menos a
idolatrar a nadie a la hora de juzgar sus acciones. Lo que sí he
tratado siempre es de ser lo más justo y equilibrado posible, aplicando
siempre aquellas sabias palabras de Jesús al ser interrogado sobre los
tributos hacia el César, cuando dijo: “Dad al César lo que es del César y
a Dios lo que es de Dios”.
Mis reflexiones están motivadas por
el trato desconsiderado e irrespetuoso de que está siendo objeto el
expresidente de la República Leonel Fernández, por algunos sectores
mediáticos, sectores de la oposición e inclusive por personas del propio
Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
Cuando hablo de la
ingratitud como uno de los adversarios de Leonel, me refiero a
funcionarios que Fernández protegió, valoró y colocó siempre en
posiciones importantes del tren gubernamental, los cuales hoy tratan de
crecer políticamente a costa de la descalificación de Leonel y de su
inevitable regreso. Esa acción no tiene otro calificativo que la
ingratitud.
Si esta actitud se mantiene dentro de las filas del
PLD, de no proteger y conservar su mejor activo político, pronostico la
derrota, como cosecha de esa organización política en la próxima
contienda electoral.
Quiero excluir al presidente Danilo Media de
esa actitud deshonrosa, mostrada por esos funcionarios, porque un hombre
de la formación del Presidente de la República es de suponer que en él
habita el sentido del agradecimiento, porque para nadie es un secreto
que si hoy los dominicanos tenemos un gran Presidente, se debe a la
integración total de Leonel Fernández y su distinguida esposa en el
pasado proceso electoral.
Debo señalar que aunque apoyé a Danilo
Medina en sus aspiraciones presidenciales, lo hice por mandato de mi
partido, el PRSC y por pedido de mi amigo, el Dr. Leonel Fernández.
Cuando
hablo de la mediocridad como otro de los adversarios de Leonel, me
refiero a algunos supuestos líderes políticos de la oposición, que
traumatizados por no haber alcanzado el éxito a pesar de su larga
carrera política, hoy tratan de mantenerse por lo menos vivos, tratando
de descalificar al que sí ha sido exitoso por su talento y por su
dedicación a la política con decencia y respeto, inclusive para sus más
enconados adversarios.
Cuando hablo de la mezquindad, como el
tercer adversario de Leonel, me refiero a todos aquellos que han
preferido cerrar sus ojos, para no ver las tantas cosas positivas
logradas en la gestión del actual presidente del Partido de la
Liberación Dominicana.
Empecemos por señalar el gran aporte en el
orden institucional en su gestión y para ello basta mencionar la nueva
Constitución, votada el 26 de enero del año 2010, dirigida y conducida
por él, solo igualada por la histórica carta magna del año 1963,
propiciada por el guía y mentor del PLD, profesor Juan Bosch.
Otros
puntos luminosos de Fernández son: el fortalecimiento del Sistema
Judicial, con la creación de las altas cortes, la gran obra de
infraestructura ejecutada por su gestión, solamente igualada por las
ejecutorias de Joaquín Balaguer. Leonel comunicó a todo el país a través
de modernas autovías y carreteras y modernizó la capital a través de
túneles, elevados y el visionario Metro de Santo Domingo.
Mezquinos
son los que han cerrado sus ojos, para no ver el gran aporte de la
gestión de Leonel a la educación dominicana, para ello basta mencionar
su apoyo a la principal universidad pública, la UASD, donde hizo
inversiones millonarias en su sede central y las extensiones regionales
en casi todo el territorio nacional.
Fue en los gobiernos de
Leonel en donde se apoyó más al maestro dominicano, con aumentos de
salario nunca antes visto y con apoyo logístico, para fortalecer sus
conocimientos y hacer más eficaz su labor educativa. Y fue en sus
gobiernos donde miles de estudiantes dominicanos recibieron la mayor
cantidad de becas nacionales e internacionales, que hoy en día
constituyen un pilar en el talento humano que está al servicio de la
patria.
En los gobiernos de Leonel se hicieron más eficientes
los servicios públicos, liberando a los contribuyentes de la molesta
plaga de intermediarios o popularmente llamados “buscones” que
intervenían para la obtención de cualquier documento.
Podría
señalar mucho más aportes de la gestión de Leonel en diferentes áreas y
sectores socioeconómicos, pero por asunto de tiempo y espacio en esta
ocasión no lo voy a hacer. Deseo expresar que Leonel es un ser
imperfecto como usted y como yo, porque solo perfecto es el
Todopoderoso. Yo prefiero a un Presidente que sepa gobernar bien con sus
defectos y no a un Presidente que sus defectos los haga ser un mal
gobernante.
Finalmente me permito hacerle dos sugerencias
públicas al Dr. Leonel Fernández, la primera: Que su decisión de
participar o no en el próximo torneo electoral, esté determinada por su
íntima convicción, y que jamás esa decisión esté sujeta a la ingratitud,
la mediocridad y la mezquindad de quienes han preferido cerrar sus
ojos, para no ver que usted fue un gran Presidente, y la segunda: Que
solo la oficialización de sus legítimas aspiraciones detendrá la campaña
malsana de descrédito en contra de su gran figura política.
Por Germán Castro García;-
El autor es exsenador por
la provincia La Altagracia
la provincia La Altagracia
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