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El desarme nuclear ha sido una de las metas del presidente Obama desde que llegó a la Casa Blanca. |
Cuando apenas llevaba tres meses
como presidente de Estados Unidos, Barack Obama viajó a Praga, República
Checa, y defendió ante 20.000 personas por qué el mundo debía eliminar
sus armas nucleares.
"Así que hoy declaro
claramente y con convicción el compromiso de Estados Unidos de buscar la
paz y la seguridad de un mundo sin armas nucleares", enfatizó.
Más
de cinco años después de aquel discurso, con un premio Nobel de la Paz
que le fue otorgado especialmente por esos esfuerzos y ya cuando está
por entrar a la recta final de su mandato, a Obama le están llegando
críticas porque, lejos de reducir su arsenal, está invirtiendo miles de
millones de dólares para modernizarlo.
Según un editorial del diario The New York Times que
criticó fuertemente a Obama, entre sus planes se encuentran 12 nuevos
submarinos, hasta 100 nuevos bombarderos, 400 misiles basados en tierra y
la renovación de ocho plantas y laboratorios.
"Y después de un
buen progreso para volver más seguro el material para una bomba nuclear
alrededor del mundo, Obama ha reducido sus peticiones de presupuesto
para esa prioridad", enfatizó el periódico. "Este es un giro corto de
vista y decepcionante".
No es una acción unilateral
Esencialmente,
lo que está haciendo el gobierno es planear el reemplazo de los
sistemas de la Guerra Fría que van a tener que desecharse en las
próximas décadas, le explica a BBC Mundo Daryl Kimball, presidente de la
Asociación por el Control de Armas, una organización con sede en
Washington.
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EE.UU. dice que busca evitar que Irán, cuyo presidente es Hassan Rouhani, obtenga un arma nuclear. |
Esa renovación, según diferentes cálculos, puede
terminar costando US$355.000 millones en una década o hasta US$1 billón
en las próximas tres, una inversión que para Kimball es "insostenible" y
desviará recursos de otras prioridades. La Casa Blanca anunció en
agosto que está revisando sus planes de gasto.
Una de las razones que explican por qué Washington está modernizando su
arsenal a pesar de que aboga por el desarme es que no es una política
que el presidente esté dispuesto a implementar unilateralmente, pues
considera que pondría en jaque la seguridad del país.
Las armas nucleares, como bien quedó claro en la Guerra Fría, tienen
una naturaleza disuasoria y por tanto no pueden entenderse sin lo que
hagan los otros países que también las producen.
Así, el objetivo
de Obama al pretender un mundo sin armas nucleares es que puedan
reducirse en conjunto para mejorar la seguridad internacional, y ya hay
varios países que han prometido eliminar o rebajar su material nuclear.
El
gobierno también ha estado activo, junto con otros poderes, en la
búsqueda de un acuerdo con Irán sobre su programa nuclear, que este país
considera pacífico.
Acuerdo clave con Rusia
Y de hecho, cinco días antes de ese famoso discurso en Praga, el presidente había prometido negociar un tratado de armas con su par ruso, Dimitri Medvedev.
El acuerdo, que se llamó New Start, se firmó en esa misma ciudad checa en abril de 2010.
Contemplaba
que las dos mayores potencias nucleares del mundo redujeran su arsenal
estratégico en 30% y se consideró una de las acciones más importantes
del presidente Obama en su primer mandato.
Pero el tratado vino
con una condición: Obama necesitaba el apoyo de los senadores en
Washington para concretarlo y, ante la necesidad de convencer a los
republicanos opositores, aceptó implementar un millonario plan para
renovar el arsenal existente.
"Si se quiere obtener apoyo político
para avanzar en la reducción de armas, hay que demostrar seriedad a la
hora de mantener esa fuerza disuasiva mientras sea necesaria", le dice a
BBC Mundo Matthew Bunn, quien investiga la proliferación nuclear en la
Universidad de Harvard.
Un arsenal propio "seguro y efectivo"
El
gobierno no parece considerar que haya tensión entre las dos metas de
preservar un arsenal propio "seguro y efectivo" y abogar por el desarme.
Así
lo sugirió el vicepresidente Joe Biden en 2010, cuando dijo que la
inversión en ese rubro "no sólo es consistente con nuestra agenda de no
proliferación sino esencial para ella".
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En 2009 Obama dijo que estaba "sorprendido" por recibir el Premio Nobel de la Paz, que le fue otorgado en gran medida por abogar por un mundo sin armas nucleares. |
"Garantizar nuestras reservas, junto con nuestros esfuerzos más
generales de inversión y desarrollo, nos permiten buscar reducciones
nucleares más profundas sin comprometer nuestra seguridad", dijo.
El
problema es que el tema del desarme ha perdido un poco de ímpetu en los
últimos años, mientras que las amenazas percibidas contra Estados
Unidos se han incrementado, así como las tensiones con poderes nucleares
como Rusia.
"Obama nunca estuvo interesado en un desarme unilateral y Rusia no está interesado en reducir (su arsenal) aun más en este momento, así que esto presenta un problema serio", dice Bunn, quien es coautor de un reporte sobre las reducciones en el gasto de seguridad nuclear en el gobierno de Obama.
"Si uno lee el discurso de Praga, presenta muchas cosas optimistas", concluye.
"Casi todos los pasos inmediatos (listados en República Checa) no están avanzando hoy".
Así
las cosas, Estados Unidos está embarcado en una renovación millonaria
de su arsenal, mientras ese compromiso del presidente de un mundo sin
armas nucleares parece cada vez más lejano.
Él mismo, quizás con
una dosis de realismo, lo advirtió ese día en Praga: "Esa meta no se
alcanzará rápido, quizás no en mi vida".
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