Danilo comiendo con su dama

Danilo Medina

Comprobado: nadie es profeta en su tierra...

Cuando el gobierno dijo que había sacado de la pobreza a un por ciento apreciable de dominicanos, oponentes y opinantes replicaron que no.

Que era una guayaba difícil de consumir, pues o era podrida o era verde.

No era tanto por los números, sino porque la administración era joven, y sus políticas no eran capaces de repetir el milagro de multiplicar panes y peces.

Nadie es profeta en su tierra, y si eso pudo comprobarlo el Rabí de Galilea, con más razón el profeta de San Juan de la Maguana.

Los descreídos, sin embargo, reaccionaban cónsonos con su credo. Era gente de oposición.

¿Qué dirán ahora que el fenómeno asume otras características? La fama camina países, y vienen de otros lares a conocer con ojos de asombro realidades que afuera se tienen como únicas.

Las iniciativas del gobierno entre dominicanos se ven como las pequeñas cosas de Serrat, pero puestas en vitrina figuran como logros importantes.

Lo creen organismos como ONU o FAO, pero igual jefes de gobierno. Que en una misma semana vengan de Honduras y Nueva York es un récord de postemporada. Danilo está en su momento.