EL ACUERDO.- La reunión de la pasada
semana entre Hipólito Mejía y Luis Abinader, para que el
candidato del
PRM se escoja por encuestas, no puede decirse que fuera un acuerdo de
aposento, pues ninguno vestía de pijama. Pero sí fue un reparto injusto,
excluyente, alevoso y poco democrático. ¿Dónde estuvo Geanilda Vásquez,
que dice aspira, o Amauri Justo Duarte, la mejor broma perremeísta?
Solo dos patos machos: Mejía y Abinader, y los demás no tienen derecho
ni siquiera a arrear, si el problema era que se encontraban muy atrás.
Como se trata del mismo PRD, solo que con una M en lugar de la D, la
reacción no se hizo esperar. Dicen por lo bajo, sin todavía hacerlo por
los medios de prensa: “ Yo no estoy de acuerdo con esoÖ”. Esto es, que
antes de que el agua le entre al coco, tumbarán la mata. La rebelión
es pequeña, y tal vez no pase de rabiasca de sargentos, pero pone en
evidencia a Mejía y a Abinader, y sobre todo, revela que no ostentan
liderazgos absolutos. La vieja consigna autoritaria de lo que diga
fulano es lo que va, parece no tener cabida en la ocasión...
EL PRIMERO.-
Entre los dirigentes que se oponen a la modalidad de las encuestas se
menciona a Ramón Alburquerque, quien de seguro no habló a nombre de las
bases, sino como aspirante a la candidatura. Su pronunciamiento no hizo
bulla y todavía nadie le replica, pero existe la posibilidad de que se
geste un movimiento de resistencia a dicho despropósito. Y la cuestión
es simple. ¿Cómo se construye una democracia desconociendo los
procedimientos? Pero hay algo más. Se habla de la candidatura principal,
la Presidencia de la República, pero ¿qué decir de las subalternas de
senadores, diputados, alcaldes, regidores y jefes de distritos
municipales? ¿Serán elegidos en primarias, o por organismos, o también
por encuestas? El riesgo de que sea por señalamiento de dedo tiene
ñdesde ya-- a los compañeros con las antenas paradas. El nivel
presidencial no está claro, pero el panorama interior será más
complicado cuando la disputa sea entre los locales. No puede organizarse
arriba y que abajo sea lo que coja mi bon...
LA IMAGEN.- El
PRM se ocupó de que una imagen dijera más que mil palabras, y la foto
de Hipólito Mejía con Luis Abinader, en presencia de Andrés Bautista y
Jesús Vásquez, pareció una postal extranjera. Sin embargo, en la ocasión
era más importante el decir que el gesto, pues los perremeístas no
son tontos, y todos saben donde se toma la temperatura a la gallina, e
igual la opinión pública nacional, que conoce de sus diferencias. Que
Mejía y Abinader aparezcan juntos y sonrían a las cámaras, como una mesa
con paños y manteles, no resuelve el problema principal. Aunque no
quieran, la dialéctica se impone, y deben enfrentarse y uno someter al
otro, como sucede en cada contienda. Lo suyo sería de padre e hijo,
pero hay un caso que ilustra la situación. Las hermanas William, Serena y
Venus, que participan en los campeonatos de tenis del mundo, y a cada
momento deben disputar el título. A la hora de estar en la cancha y
competir por el premio mayor, el parentesco no afecta el desempeño y
luchan casi a muerte por imponerse una sobre la otra...
EL SACRIFICIO.-
Hipólito Mejía y Luis Abinader pueden disimular, y hacer creer que se
llevan de maravillas, pero no engañan a nadie, y menos a sus compañeros
de partido, que cada día se deciden por uno o por el otro. Se piensa que
el trance podría resolverse sin traumas mayores, si existiera nobleza
de por medio y se empeñaran en ser racionales. Así como acaban de
acordar que el candidato del PRM se escogerá por encuestas, podrían
pactar --antes de ese evento crucial-- que el ganador seleccionaría al
otro como compañero de fórmula. El hecho de formar parte de una misma
boleta no sería nada nuevo, pues juntos constituyeron la propuesta del
PRD en las elecciones del 2012. El problema ahora sería que ya Mejía
fue candidato a la presidencia, y se haría cuesta arriba que se apee de
la silla, se la ceda a Abinader y él se monte en la grupa. Pero como se
habla de un proyecto de gran aliento, un sacrificio de esa naturaleza
sería lo de menos. Además, se supone que el éxito estaría en que
combinen sus fuerzas, puesto que una división de la división sería fatal
para ambos...
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