¿Alimento del futuro? ¿Antidepresivo natural? Las propiedades nutricionales del semen ofrecen curiosos datos acerca de la composición de la semilla masculina.
Por una o por otra razón, a lo largo de tu
vida sexual puedes encontrarte preguntándote por la conveniencia de
beber (¿o comer?) semen. ¿Accidente, experimentación, curiosidad, deseo?
Los motivos seguramente serán variados, pero si el motivo principal
obedece a la nutrición o al uso del fluido seminal como una especie de
medicina, probablemente no tendrás mucho éxito.
La eyaculación promedio de un hombre no
excede la medida de una cuchara y contiene solamente entre 5 y 25
calorías, además de una cantidad mínima de proteínas. Debido a que su
función biológica es transportar espermatozoides durante la fecundación,
sólo 1% del semen está compuesto por espermas, mientras el resto (un
par de mililitros) lo constituyen unos 200 tipos de proteínas, vitaminas
y minerales, incluyendo:
Vitamina C
Calcio
Cloro
Ácido cítrico
Fructosa
Ácido láctico
Magnesio
Nitrógeno
Fósforo
Potasio
Sodio
Vitamina B12
y Zinc
Sin embargo, dada su baja concentración,
probablemente una pastilla de suplementos vitamínicos tenga más
nutrientes que el contenido de una eyaculación, sin tomar en cuenta que
no es una fuente considerable ni de proteínas ni de calorías.
Pero si te preguntas no por las propiedades nutricionales del semen sino por sus cualidades gourmet hay
que saber que, al igual que los hábitos y los alimentos cambian el
color y composición de la orina, el semen también se ve afectado por el
uso de drogas, tabaco, espárragos, alcohol y, tristemente, el chocolate,
todos los cuales afectan negativamente el sabor, haciéndolo amargo o
dándole un fuerte olor acre.
Por otra parte, también existen alimentos
que pueden dulcificar el sabor del semen, especialmente con una dieta
rica en frutas y verduras como ciruelas, nectarinas, naranjas, limones,
limas, perejil, cilantro, menta, hierbabuena y uvas, además de mangos,
kiwis, piñas y frutas dulces en general.
Un controvertido estudio estadístico
reveló que algunas mujeres perciben menores niveles de depresión cuando
tienen relaciones sin condón, pero los investigadores no atribuyen al
semen en sí mismo alguna propiedad que lo haga un mejor sustituto del
Xanax o, aún mejor, del ejercicio físico y la meditación. Además, tener
sexo es una especie de antidepresivo en sí mismo, gracias a las
descargas de oxitocina y serotonina que tienen lugar en tu cerebro.
Otro estudio afirma que el semen reduce
el riesgo de preeclampsia, una peligrosa complicación del embarazo. Pero
aunque el semen fuese un antidepresivo excelente, tener relaciones
sexuales sin condón puede implicar el riesgo de contraer enfermedades
venéreas o embarazos no deseados (duh).
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