¿Un PRD tan chiquito? Pues mire que sí...

Orlando Gil

orlandogil@claro.net.do/@orlandogildice
CASO CERRADO.- La Junta Central Electoral hizo saber mediante nota de prensa que realizaría un pleno el pasado miércoles, y aunque no dio a conocer por adelantado la agenda, sí informó que trataría asuntos importantes y que habría declaración al final de la reunión. Ni más ni menos: Lo dicho, hecho. Lo prometido, cumplido. Ahora ¿por qué la JCE le dio importancia a esa cita y creó expectativas si en el orden del día no había nada del otro mundo? La solicitud de Guido Gómez  y de Luis Abinader, creo que cada cual por su lado, para que el organismo se involucrara en la convención del PRD, no era nada nuevo, ni nadie en este país esperaba que podía decidir algo diferente a lo que aprobó: quedarse al margen de la consulta.
El resultado de esa votación podía anticiparlo el paletero de la esquina, pues el chinero se retira temprano. El mazo de Roberto Rosario se parece mucho al de Ana María Polo, la famosa doctora del programa de Telemundo, cuando golpea la mesa: Caso Cerrado. Solo que había ocurrido hacía tiempo. Si Gómez no lo entendió, y Abinader tampoco, culpas de ellos y no de Rosario...

LA FIESTA.- Lo mejor del caso es que Luis Abinader no podrá protestar la decisión del pleno de la Junta Central Electoral, como tal vez sí haga Guido Gómez, porque se vio al aspirante del PRD muy de paños y manteles con Roberto Rosario en el cumpleaños de La Dolcerie Next Door. Hipólito Mejía no quiere saber de Rosario, y lo descalifica junto al organismo, como hace con las demás altas cortes, aunque se sabe que en un tiempo fue muy amigo del presidente de la JCE  y habitual de estas celebraciones. Yo, por ejemplo, lo recuerdo en una que tuvo lugar en Season’s años atrás. Una cosa no tiene que ir con la otra, pero sí tiene importancia política el humor de los perredeístas en relación con Rosario y la Junta Central Electoral. Abinader no trata a Rosario con rencor, y parece que si había algún disgusto, este se subsanó en Ecuador, cuando la última elección de Rafael Correa, donde fueron como observadores, o en la cena que Abinader ofreciera a Rosario en su residencia...

EL PADRON.- El miércoles fue un día políticamente importante para el PRD, pues no solo la Junta Central Electoral decidió sobre su convención del 20 de julio, sino que igualmente la Comisión Política de este partido aprobó el padrón a usarse en dicha consulta. Es decir, que a un mes del evento, los perredeístas resuelven uno de sus problemas cruciales: la cantidad de sus miembros, y ya saben a qué atenerse respecto al derecho de sus  electores. Los perredeístas, según la calculadora de Julio Maríñez, son 538,478. Más o menos medio millón, una cifra manejable a todos los fines. ¿Cómo se llegó a ese número? Fácil, mediante una operación de vaciado, en la que son expertos los perredeístas de todas las tendencias. Sumaron los dirigentes de los organismos acreditados, como los comités Ejecutivo Nacional, Distrito Nacional, provinciales, municipales, zonales, y por ahí María se va. ¿Un PRD tan chiquito? Pues mire que sí. Una cosa es membresía y otra votante...

Orlando Gil

EXCLUSION.- No hay dudas de que este número dará mucho de qué hablar, y lo harán con desparpajo o cinismo los oponentes de Miguel Vargas, a quien acusarán de excluyente y no reconocerán la honestidad de contar los únicos que verdaderamente pueden ser contados: Los perredeístas que están organizados y hacen vida política. La sinceridad primero. Las encuestas, por ejemplo, no dan al partido blanco una preferencia que lo haga ganar elecciones, con ninguno de sus dirigentes o aspirantes. No tiene sentido hablar de millones cuando la verdad es que sus simpatías están en baja. Además, si dicen que en el 2011, cuando Hipólito Mejía superó a Miguel Vargas, la votación fue alrededor de 700 mil, y sufragó hasta el gato de la vecina, la limpieza no fue tan profunda. Todavía 538 mil es una cantidad respetable, y puede comprobarse en las calles y las movilizaciones. Ninguno de los bandos mueve una masa de esa magnitud. Ese padrón, más que machete, parece una espada, pero no por el doble filo, sino porque pende sobre la cabeza de alguien. Y si no, pregúntenle a Damocles...