El líder de la Revolución Cubana, Fidel
Castro, publicó en su más reciente reflexión, la conversación telefónica
que sostuvo con el líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, el
14 de abril de 2002, horas después de retornar al poder, tras derrota
popular del golpe de Estado en su contra.
En ese diálogo Chávez manifestó a Fidel que el amor de la unión cívico-militar fue el que pudo lograr su retorno al poder.
En la conversación, que se dio apenas
tres horas después de que Chávez llegara al Palacio de Miraflores, el
líder venezolano dijo sentirse “embriagado” de amor del pueblo.
“Ando embriagado, bueno, de amor de ese
pueblo, pero sobre todo, Fidel, este es un mensaje de compromiso, es un
compromiso con ese pueblo que salió a la calle, sin armas ni nada.
Claro, apoyados por los patriotas militares”, contó.
En el diálogo, Chávez le comentó todo lo
que pasó desde que fue sacado de Miraflores; los planes para sacarlo
del país a un destino desconocido, posiblemente a Estados Unidos o
República Dominicana; y la manera como comunicó al mundo que no había
renunciado.
Fidel le habló de la ayuda que prestó
desde La Habana para hacer saber al mundo lo que había ocurrido. Le
informó que a través de las televisoras cubanas, con él como
intermediario, se transmitieron llamadas de María Gabriela Chávez, Elena
Frías de Chávez (madre del dignatario) y el general Julio García
Montoya.
Ambos conversaron, además, sobre las
torpezas cometidas por los golpistas y los desastres que causaron en un
día de gobierno. Pero también hablaron sobre la capacidad humana de la
Revolución Bolivariana para perdonar.
“Algo que está a favor de ustedes como
argumento es que ninguno de aquellos que hicieron declaraciones, que
eran actos subversivos, conspirativos, ninguno de ellos fue preso. Es
decir, a diferencia de lo que ellos hicieron en las 48 horas o menos, en
24 horas, la paciencia que han tenido ustedes, como argumento, como
prueba de la diferencia que hay entre la humanidad y la generosidad de
la Revolución Bolivariana y lo que los fascistas hicieron”, dijo Fidel.
Antes de culminar la conversación,
Chávez le expresó a Fidel: “Te prometo que haré todo lo que pueda para
no darte otro susto y otra tristeza”.
A ese promesa, Fidel respondió: “¡Bien!
Junto con la tristeza hemos tenido el privilegio de ser testigos de la
cosa más extraordinaria que podía imaginarse”.
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